Santo Domingo.- En diversas regiones costeras, científicos han detectado un fenómeno preocupante que afecta a las tortugas marinas: la presencia de un virus que puede permanecer latente en individuos saludables, pero que se activa bajo condiciones ambientales adversas, provocando la aparición de tumores externos e internos.
Este virus, asociado a la enfermedad conocida como fibropapilomatosis, no siempre genera síntomas visibles. Tortugas con defensas sólidas pueden portar el virus sin desarrollar la enfermedad, lo que complica su detección temprana. Sin embargo, cuando los animales enfrentan estrés prolongado, contaminación en su hábitat o escasez de alimento, su sistema inmunológico se debilita, aumentando significativamente el riesgo de manifestar tumores que afectan su visión, movilidad y capacidad de alimentación.
Los investigadores señalan que esta dinámica explica por qué algunas poblaciones presentan tasas más altas de casos que otras, y por qué, incluso dentro del mismo grupo, no todos los individuos resultan afectados. La interacción entre el virus y el entorno revela una relación compleja entre salud animal y calidad ambiental, donde factores como el turismo descontrolado, el vertido de residuos y el cambio climático juegan un papel determinante.
Este hallazgo refuerza la necesidad de implementar medidas de conservación más rigurosas, monitorear la salud de las especies marinas y reducir los impactos humanos en ecosistemas costeros. Las tortugas marinas, además de ser emblemáticas en muchas culturas, cumplen funciones ecológicas clave, y su bienestar es un indicador de la salud del océano.