Santo Domingo.- Las altas temperaturas pueden alterar significativamente el efecto de los medicamentos, especialmente en personas mayores con enfermedades crónicas. Durante olas de calor, el cuerpo reacciona con sudoración y dilatación de los vasos sanguíneos, lo que puede provocar desequilibrios circulatorios y aumentar el riesgo de efectos adversos como mareos, arritmias o incluso infartos.
Medicamentos sensibles al calor
Fármacos como betabloqueadores, diuréticos, laxantes, psicofármacos y analgésicos comunes pueden volverse más potentes o peligrosos si no se ajustan adecuadamente en condiciones de calor extremo. La “tabla de calor de Heidelberg” es una herramienta útil para adaptar dosis, aunque muchos pacientes desconocen estos riesgos por falta de advertencias en los prospectos.
Impacto del calor en la salud pública
Según la OMS, el calor extremo causa cerca de 490.000 muertes anuales en el mundo, muchas de ellas relacionadas con el uso de medicamentos. En Europa, solo en 2023, se registraron más de 47.000 muertes atribuibles al calor, siendo Grecia, Bulgaria, Italia y España los países más afectados. En Alemania, se reportaron hasta 3.000 muertes en 2024.
La importancia de la evaluación individual
Expertos advierten que no se deben aplicar reglas generales para ajustar dosis durante el calor. Cada paciente requiere una evaluación clínica personalizada, considerando su estado de salud y los medicamentos que consume. Médicos y sistemas de salud deben estar preparados para adaptar tratamientos en función del clima.
Adaptar la medicina al cambio climático
Con el aumento de olas de calor en regiones como el sur de Europa, África y Sudamérica, los expertos sugieren revisar los procesos regulatorios y realizar estudios específicos por región. La farmacología clínica debe evolucionar para responder a los desafíos del cambio climático y proteger a las poblaciones más vulnerables. .LC