El sector de viajes corporativos está atravesando un proceso de evolución impulsado por nuevas exigencias. En 2024, el 78% de los viajeros de negocios experimentó algún tipo de disrupción, y un 43% enfrentó demoras superiores a una hora, según un informe reciente. Este panorama obliga a repensar cómo se protege y acompaña al pasajero durante todo su trayecto.
Frente a este escenario, las compañías de gestión de viajes (TMC) comienzan a incorporar herramientas de inteligencia que permiten monitorear en tiempo real riesgos geopolíticos, sanitarios o climáticos. Estas soluciones no solo alertan sobre amenazas potenciales, sino que también facilitan decisiones más ágiles ante situaciones inesperadas.
Para Suzanne Sangiovese, CEO de Riskline, esta tecnología dejará de ser un valor agregado para convertirse en parte estructural de la industria. “Las organizaciones buscan soluciones proactivas. Ya no alcanza con resolver problemas: hay que prevenirlos”, afirma.
Una muestra clara de esta evolución es la reciente alianza entre Riskline e ITL World, firma con fuerte presencia internacional. A través de esta integración, los viajeros reciben actualizaciones personalizadas que les permiten moverse con mayor seguridad, incluso en contextos volátiles.
Además, Sangiovese identifica tres grandes ejes que están transformando el mercado: la digitalización de procesos, la creciente preocupación por la seguridad y la demanda de experiencias más adaptadas a cada perfil. En este nuevo entorno, contar con datos confiables y actualizados marca la diferencia entre una operación eficiente y una crisis mal gestionada.