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Opinión

18/11/2020@23:14:00
Aunque solo han transcurrido 90, que parecen 100 a juzgar por las orondas celebraciones de personeros gubernamentales, y la advertencia del partido de gobierno saliente sobre conflictos sociales, debería presumirse que los días tenidos como luna de miel para un nuevo gobierno están por agotarse lo que impone prepararse para la “normalidad política”.

En estos días se celebró el IV Congreso Dominicano de Bioética, en el que participaron profesionales reconocidos de diferentes especialidades; un evento excelente.

El sistema educativo de la República Dominicana no representa un ejemplo ante otras naciones del mundo. Si analizamos las estadísticas nos encontramos entre los últimos puestos en comparación con otros países de la región. Si a esto le sumamos los cambios a los que el sector debe adaptarse tras la llegada del covid-19, tenemos un enorme desafío que superar.

A veces nos sentimos inseguros de nosotros mismos. Nos asustamos y buscamos aprobación de los demás. Contamos nuestros proyectos a varias personas para saber si son buenos y sentirnos seguros. Es como una “muleta” para poner en acción nuestros planes.

Interrumpo el estado de observación y reflexión que me había autoimpuesto hasta la maduración del gobierno, para manifestar mi vergüenza por el atropello observado en el Congreso Nacional pretendiendo “legalizar” la violación incurrida por el gobierno al designar como director de INAPA una persona que no cumple los requisitos establecidos en la ley.

Tras el exilio de la cúpula chavista a Cuba, asistiremos en Venezuela a la formación de un Gobierno de Transición integrado por figuras de prestigio tanto de la oposición como del chavismo que deberá preparar unas nuevas Elecciones Presidenciales para el 2021.

El mayor conflicto y responsabilidad que recae sobre nuestras presentes autoridades es armonizar cómo encarar el debate que se produce, consciente o subconscientemente, en las interioridades de cada jefe de familia perteneciente a los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad: entre someterse a la cuarentena para no caer víctima de la eventual e inmediata mortalidad de la calamidad que nos amenaza o exponerse a ella impulsado por la imperiosa necesidad del hambre que los condenaría, a si y a sus familiares, a una muerte más segura e inmediata.

La nación se encuentra abatida y atemorizada por la crisis sanitaria y económica que estamos sufriendo, agravada por la falta de efectividad y poca confianza y credibilidad de las disposiciones oficiales que se han tomado para superarla.

Las mañanas son muy valoradas por mí, porque mi cuerpo está descansado, me levanto con el ímpetu de salir a disfrutar mis caminatas y ejercicios al parque Mirador y allí compartir -cuidando la distancia- en compañía de queridos amigos.

“Las personas más bellas con las que me he encontrado, son aquellas que han conocido el sufrimiento, la derrota, la pérdida, la lucha, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. La gente bella no surge de la nada”. -Elizabeth Kubler Ross

Vivimos actualmente tiempos sombríos de mucho odio y de falta de finura. Precisamos rescatar lo más importante, que nos humaniza verdaderamente: el simple amor. Estimo que debemos siempre retomar el tema del amor universal y sin precondiciones.

De repente descubrimos que los libros no contienen la vida, sólo contienen sus cenizas. No es verdad que los libros nos tienten, ni tampoco los acontecimientos, puesto que sólo lo hacen cuando nos llega la hora o el tiempo en que cualquier cosa hubiera sido para nosotros una tentación.

La palabra literatura proviene del término latino Litterae, que hace referencia a la acumulación de saberes para escribir y leer de modo correcto. El concepto posee una relación estrecha con la gramática, la retórica y la poética.

Por Enrique Arias Vega

No hace falta esperar al final de la epidemia del coronavirus para saber que a partir de entonces nuestra vida va a ser muy diferente de la de hasta ahora.