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Las cloacas del Estado...

Por Alfonso M. Becker
lunes 20 de marzo de 2023, 14:48h
«Están tramando el gran disparate de la anacronía, pues todo lo que expresan es asquerosamente diatópico; la oscura distopía que nos reservan en la primera esquina, ya está lista con la única intención del genocidio; lea usted la espantosa narrativa de unos asesinatos que son diastráticos y cronológicos.» Alfonso M. Becker
Las cloacas del Estado.
Las cloacas del Estado. (Foto: Alfonso M. Becker)
Hasta aquí hemos llegado y lo teníamos merecido; por haber olvidado en las estanterías de nuestra alma pensante, la notable herencia de las obras de vanguardia; ese principio intelectual que siempre dio forma a todas nuestras respuestas políticas, ante la injusticia permanente de las autocracias, y ante los vergonzosos crímenes que siempre generan los asesinos socialistas en el vecindario.

Pero sobre todo, es la rotunda negativa de los que conocemos este “juego”, a aceptar sin rechistar una representación teatral de falsas revoluciones liberadoras de masas oprimidas, que venden todos estos granujas de los bajos fondos, farsantes y fantasmas de la historia; se llamen como se llamen, y lo diga quien lo diga…

Esos degenerados del fanatismo comunista, más criminal, se erigen líderes dejando claro que es una cuestión de orgullo, pues como dijo, André Maurois: «cuando demuestras a un puto degenerado sexual que está absolutamente equivocado en política, no debemos olvidar que a ellos les gusta equivocarse, y además disfrutan con sus errores y con sus actividades criminales»...

Sí… así es, les divierte esa tortura y el sufrimiento humano, ese delirio sexual de violencia; se creen geniales y de una raza venérea superior; y llaman orgullo, a eso de un supuesto “combate” por el libre protagonismo de su orificio rectal que, aseguran, ha vivido hasta ahora encarcelado en un retrete de la historia y añoran, con frenesí, pasearse por toda la ciudad en el techo de un autobús, con el culo al aire…

¿Y quién se lo impide? ¿O quizás todo esto oculta algo más que la gente decente no sabemos ni queremos ver?

Napoleón tenía toda la razón; los socialistas son los jacobinos que solo liberan sus aberrantes ideas para contaminarlo todo; no tienen sentido del decoro, ni honra, ni dignidad, ni recato; tampoco tienen modestia para reconocer su ignorancia de la historia, ni vergüenza para mostrar que ellos son sus propios excrementos; el hedor irrespirable de su diarrea intelectual.

Como todo cerebro fanatizado, los enfermos socialistas tienen siempre a mano un baúl repleto de síntomas que, «por mor del Demonio», no son otra cosa que manifestaciones reveladoras de una enfermedad crónicas que necesita, o bien urgente tratamiento, o bien que un pervertido político de su calaña extraiga de su caja de herramientas el cuchillo que represente la muerte de una rata.

La guerra de los socialistas por el poder, siempre es a muerte...

Todos corruptos y malvados, no se salva ni uno… Baste decir que, si hay una característica indiscutible en el historial de la socialdemocracia, y es su profundo desprecio por la clase trabajadora y un afán desmedido por aniquilarla; eso explica el empobrecimiento de las clases medias, al ser demasiado “cultivadas” en política (no quieren competencia) y el empobrecimiento absoluto de los trabajadores, algo que siempre ha sido obra de la socialdemocracia.

La colonización del ocio fue la principal estrategia de estos farsantes revolucionarios que se apellidaban “democráticos” sospechosamente, y sus redes sociales se convirtieron en el «ojo que todo lo ve», para implementar una auténtica expropiación de todo el tiempo que dura la emprendedora vida de una clase media que un día festejó con fuegos de artificio la democracia y la libre expresión de las ideas.

El Star-System aparece en filosofía como el imaginario colectivo de la época y por supuesto la izquierda bautiza el negocio multimillonario del cine como «Modelo de Representación Institucional» que no solo atrae a las masas sino que las hace dormir y soñar.

Y la producción de “estrellas” cinematográficas y teatrales, es decir, el nuevo “star-system” del negocio propagandístico, pasa a formar parte de la caja de herramientas del Partido Socialista, en una destruida y alienada sociedad posindustrial que necesita entretenimiento para poder dormir y soñar.

Los ciudadanos, de esta forma, asisten adormecidos a cómo la civilización occidental es desmantelada y destruida por unas élites corruptas y degeneradas que han encargado a la peor ralea humana de revolucionarios de salón, que gobierne y contenga a las masas con un espectáculo inolvidable, que consiste en el exterminio de un rebaño humano conducido al matadero.

Solo para descubrir, más tarde, que le habían robado el tiempo total de la vida y que el llamado proletariado había sido convertido en una masa de consumidores pasivos con un poder adquisitivo muy apetecible por los políticos corruptos; poder económico que generaba algo tan extraño como un obrero satisfecho que asiste con alegría a que le roben todo lo que tiene, incluyendo los ahorros de toda la vida, y la pensión.

Así que el llamado “proletariado” por los ignorantes doctores podemitas y el ya legendario “lumpenproletariat” de los teóricos marxianos, son dos cosas distintas pero un solo Dios Verdadero…

Una vez que la clase media no existe porque el socialismo la ha rebajado a la condición de pobres mendigos, lo único que le queda a esta mafiosa gentuza para asaltar el poder y perpetuarse en él, es el lumpen...

Es por eso que, ahora, la llamada “subclase” por los eruditos de la filosofía política, es una suerte de capitalismo de partes interesadas, una nueva chorrada retórica para esclavizar a la ciudadanía, esquilmarla, una suerte de “stakeholder” a la europea que, de forma absolutamente criminal, oculta su capitalismo de amigos entrañables para tratar de maquillar a una mafia tal como lo es la “Camorra” o la Cosa Nostra” instalada en los Gobiernos.

La estrategia de estas mafias que se hacen llamar “expertas” en la gobernanza es hacer de la política tradicional un aberrante espectáculo y de los ciudadanos, unos simples espectadores arruinados y sin otra oportunidad que la limosna o la asistencia social caritativa.

Los políticos más degenerados no paran de cacarear «no tendréis nada, y seréis felices»...

Así que, a día de hoy, podemos asegurar con toda solvencia y de forma contundente que el llamado “Occidente”, es decir, Estados Unidos y sus aliados, son una amalgama judeo-cristiana idealmente conformada por la unión interesada de todo un continente americano y Europa Occidental; que en caso de conflicto militar implementa alianzas en todo el Oriente; principalmente Japón, Filipinas, Australia, Indonesia, etc...

Pero mientras, las masas siguen sin percibir que están siendo esquilmadas, empobrecidas y atacadas hasta la saciedad con venenos farmacéuticos, sádicos confinamientos so pena de multas millonarias, encarcelamientos, y esclavizadas progresivamente -nunca mejor dicho- hasta que mueran, o sean asesinadas cuando sea menester; y los más “templados” se preguntan:

¿Cómo salvaremos a Occidente?

La pregunta es bastante tonta, sin embargo la respuesta es sencilla, solo debe saber que un sistema de Gobierno de sodomitas, ladrones y compinches, solo genera capitalismo de soborno, adornado con vigilancia y control absoluto de toda la ciudadanía. Esta definición es la adecuada porque maquilla por completo cualquier dictadura socialista de corte fascista o descaradamente nazi…

Que es exactamente lo que ya está en curso.

Al ser un simple espectador usted no tiene derecho a nada y como tal ocupante de un asiento en el patio de butacas, solo debe estar agradecido por el bocadillo de mortadela y el paquete de palomitas para disfrutar del espectáculo; de esa forma será más humilde y podrá digerir que socialmente usted es un excedente; es decir, una masa sobrante de humanos a los que le huele el aliento y hay que ponerle mascarilla...

No olvidemos que, al ser manipulados por la peor basura humana que ha tomado los centros de poder para presumir de un supuesto «arte de gobernar», lo someterán a un estrés continuo que desgastará su sistema inmunológico, su actividad cardíaca y la pronta insuficiencia de todos los órganos de la economía (que así se define al cuerpo humano), es decir, más pronto que tarde, usted se irá al carajo...

Permítame que le diga que cuando los ciudadanos se dejan robar y matar por la peor ralea de rameras del Ministerio y por efebos descerebrados, con delirios distópicos y apetencias peniformes de odio y venganza, es que algo va mal…

Así que... sea inteligente y compruebe, al menos, que el “lumpen” es el que gobierna; la escoria más baja, rastrera y perversa de la sociedad, está hoy en los gobiernos. El Estado es una auténtica cloaca, repleta de ratas.

Un descenso a los infiernos…

Pero, reaccione, no se deje llevar por el pánico; oiga, si no reacciona, lo perderá todo, incluso la vida. La obra teatral que despliegan los socialistas es un espectáculo que comenzó con una simple gripe que, curiosamente, acompaña a los seres humanos desde el origen de los tiempos; así que había que aprovecharla para eliminar un excedente humano que ocupa demasiado espacio.

El fin del mundo era el siguiente fenómeno apocalíptico, advirtiendo a la población que en los próximos días moriríamos quemados por el sol, o simplemente congelados de frío; y que la culpa de todo la tienen los ciudadanos que lo contaminan todo.

Los espectaculares asaltos y asesinatos callejeros han sido diseñados perfectamente para que, además, se encierre en su casa aterrorizado y no salga, o si le apetece, se vuele usted la cabeza de un disparo, y se vaya usted a la mierda...

La atmósfera de odio que diariamente acrecientan los escenógrafos del socialismo, son solo una pequeña parte del despliegue teatral; la tarea y el propósito principal es destruir el país y llevarse el botín. De perpetuarse en el poder, ya no hace falta hablar: el partido que gobierna y la oposición, son la misma cosa...

Para ello, la anarcotiranía socialista ha desdoblado y extendido una suerte de caos controlado perfectamente; un descenso a los infiernos para lo que queda de las clases medias que son las que generan y pagan impuestos; ciudadanos decentes aterrorizados que asisten a su acoso y derribo, asustados e incapaces de reaccionar u ofrecer resistencia.

El fomento del crimen por parte de los mass-media del régimen, es algo a tener en cuenta; regulación burocrática y elevados impuestos, son otros “pequeños” detalles del aplastamiento de la población; leyes de odio, atentado a la privacidad, ingerencia en la familia, en la educación de sus hijos y hasta la exclusión social.

Los poderosos multimillonarios de Davos, siguen agrandando su ego a extremos intolerables, han enloquecido de poder, y se han convertido en asesinos despiadados. Las grandes mentiras climáticas de los gusanos globalistas, no se sostienen en ninguna ciencia; pero aún así siguen celebrando sus “summit” contratando prostitutas de «alto standing» y reservando los más exóticos manjares, en restaurantes de lujo en Suiza.

¿Pero por qué tanta maldad?

No se preocupe, yo se lo explico por el mismo precio:

Están tramando el gran disparate de la anacronía, pues todo lo que expresan es asquerosamente diatópico; la oscura distopía que nos reservan en la primera esquina, ya está lista con la única intención del genocidio; lea usted la espantosa narrativa de unos asesinatos que son diastráticos y cronológicos.

No se achique… salga a la calle y pelee a muerte como un hombre libre, o lamentará haber nacido; y ese lamento ocurrirá en el último segundo de su vida...

Es una buena forma de digerir el carácter insólito de las despreciables y aberrantes amenazas de muerte, de toda esta basura humana.

Alfonso M. Becker © copyright (Todos los derechos reservados)
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