Volver a los fundamentos de la educación para repensar la formación docente

Como docente en la educación superior, muchas veces me he sentido conflictuada, pues a pesar del gran crecimiento, movilidad profesional, innovación y globalización que alcanza al momento la carrera docente, hay muchos aspectos que aún están desiertos o poco encaminados. Estos no pueden ser ignorados si se quiere apostar a una mejor sociedad y desarrollo de la nación, que en definitiva es a lo que debemos aspirar. Entiendo que no podemos perder de vista algunos aspectos nodales que suman a la formación de docentes y que expreso a continuación:

• Debemos apostar a que, desde el proceso de la selección a la formación inicial, los docentes participen en programas complementarios diversos, según las necesidades identificadas, pues sabemos que se arrastran muchos vacíos propios de la educación preuniversitaria. Ellos deben vivir experiencias extraordinarias en la formación docente. La influencia de buenos maestros en los estudiantes es insoslayable, por lo que debe garantizarse el perfil en todo su proceso de formación.

• El conocimiento por sí solo no impacta en los cambios de la humanidad, es importante volver a los fundamentos de la educación para ejecutar acciones. Los docentes deben sentirse implicados en la misión de la educación, reconocerse a sí mismos como actores promotores de cambios desde su formación, aprender en la práctica asumiendo valores fundamentales de esta carrera como es: la solidaridad, generosidad, justicia, creatividad, compromiso, responsabilidad social como educadores que amen lo que hacen, impactos que se verán en la profesionalidad que asumen y en el modo en que enseñan.

• Esto conlleva un énfasis más integral en la formación docente a través de diversas estrategias didácticas con aplicaciones concretas, tales como: desarrollar proyectos de investigación que conecten con las realidades y permita que se sientan involucrados en procesos innovadores de cambios, desarrollen mayor autonomía en su aprendizaje. El modelo en el que se formen impacta directamente en cómo van a enseñar.

• Por otra parte, es necesario revisar el sistema de práctica de la formación docente. Esta podría quedarse corta al no lograr impactar en los aspectos misionales de la educación en la formación inicial y continua, desde marcos teóricos humanistas. En este sentido, el enfoque histórico cultural ofrece un excelente sustento teórico a los formadores de práctica para la formación docente, favoreciendo el desarrollo de un perfil docente más reflexivo. Que puedan participar en comunidades de práctica, fomentando incluso la autoformación, se genere propuestas, ideas creativas que motiven su desarrollo personal y profesional.

• La combinación del saber, saber hacer, saber ser y convivir debe enfatizarse en la educación superior, aunque por supuesto los valores y principios deben ser favorecidos desde la educación inicial y primera infancia. Debemos aspirar a que los docentes egresen de la carrera, inspirados en su profesión, seguros de que su influencia no tiene fin, por lo que deben ser los mejores ciudadanos y nobles profesionales, lo que significa ser formadores humanistas, comprometidos con la educación, tal es el referente que deben llevarse.

Una parte del recorrido hacia el cambio y la mejora de la formación decente es el fortalecimiento del currículo o programas de la carrera, retomando los enfoques filosóficos y la cultura general, desde una mirada más holística. Implica la investigación, movilidad docente para vivenciar experiencias diversas relacionadas con los temas de interés que aporten al fondo de conocimiento, que bien hace falta, una formación más retadora, integral, creativa, necesitamos docentes que comprendan la magnitud de su rol, sabiendo que en la educación descansa la libertad y el desarrollo de la humanidad.

Desde este marco comparto 3 frases que me encantan, de autores que, aunque se remontan a diferentes tiempos, nos recuerdan que aún hay aspectos pendientes por superar en la formación docente:

• La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo. (Paulo Freire, educador brasileño)
• La educación transforma la sociedad; concienciación y participación
• Estamos en un nivel prehistórico con respecto al espíritu humano y solo la Complejidad puede civilizar el conocimiento (Edgar Morín, filósofo francés)
• Es necesario asumir un enfoque más humanista.
• Sin la iniciación en el espíritu científico uno no posee las mejores herramientas que la humanidad hasta ahora ha ideado para realizar de forma efectiva la reflexión. (John Dewey, pedagogo y filósofo norteamericano)
• La investigación como herramienta en la formación para proponer cambios