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No es la hora de tu muerte, Donald.
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No es la hora de tu muerte, Donald. (Foto: Alfonso M. Becker)

No es la hora de tu muerte, Donald…

Por Alfonso M. Becker
«Te lo diré, madre, he robado tanto y vivido fuera de la ley, porque es lo único que he aprendido de los políticos y de los jueces que los sostienen en el poder» Alexander M. Jacob


El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, está realmente malito. La edad no perdona nunca a los que se sienten jóvenes con todos sus ingredientes... ya saben, mujer más guapa y más joven, y ser el afortunado padre de otro hijo, de otra madre, en la edad tardía.

Es una respuesta benevolente y clásica del Creador para que no te sientas «inmortal» para que no desprecies todo lo bueno de la vida que Dios te ha dado.

No es buena idea creerse omnipotente, soberbio y altivo por haber disfrutado de las cosas buenas de la vida. Esa altivez, podría llevarte a despreciar la sabiduría del que la tiene (incluyendo al propietario de las ideas) por sus rimbombantes acreditaciones de la Academia...

Ahora que el Rey de reyes no está de moda, hay que revindicar, como Nicholas Ray, al Todopoderoso, porque en estos tiempos peligrosos es el único juez del que te puedes fiar…

La imagen del triunfador suele tener mala prensa entre los poseidos por la envidia, y en casi toda la comunidad de analfabetos cuando el éxito está del lado de los oponentes políticos o económicos.

La ideología es una suerte de bacteria, mala y perversa, porque no se respeta al contrincante, y peor aún, si el “enemigo” a criticar es muy afortunado en los asuntos ordinarios de la vida.

Pero el virus del odio es peor que la bacteria porque se aloja en toda la gente mala que abunda a nuestro alrededor. Esa gente envidiosa, que siempre suele ser ignorante y perversa y que te mira con mala leche, enemistad y ojeriza...

La simple laboriosidad puede conseguir lo mismo que mil doctorados, si eres una persona corriente sin títulos universitarios, ni máster, ni acreditación académica alguna… Este sería un retrato de Donald Trump, el odiado “Yehudah Isqerayyot” creado por la mafia socialdemócrata y antijudía estadounidense.

Así el «traidor de traidores», obra del “Clan Clinton & Obama Mob” no solo fue un bicho perverso inventado para las elecciones norteamericanas, sino un monstruo global que pudiera ser fácilmente destruido políticamente y socialmente, o incluso asesinado.

Esa simple, pero admirable, laboriosidad de un vendedor de bienes raíces neoyorquino, es lo mismo -o más- que cualquier doctorado en ciencias, humanidades, o el top de la ingeniería informática. Súmele a eso la escasa “brillantez” del lenguaje en el viejo Donald Trump, y una mínima expresión de modales en la mesa...

¿Es eso suficiente para matarlo?

Pues para la mafia dirigida por Barack Hussein Obama, sí lo es… Es más, es de capital importancia asesinarlo porque la verdadera revolución que arrastrará a las masas para “drain the swamp” está capitaneada por un buen hombre que quiere salvar a su país: la América que está destruyendo la mafia…

La gente ha votado a Donald Trump porque está segura de que el «Trump laborioso puede conseguir lo mismo que un maldito genio», es más, llegaron a gritar que «Trump conseguirá muchas más cosas que un genio no puede»…

Así de agotado, perseguido por la edad, y casi vencido, se presentó en el Museo de Archivos Nacionales, mientras los asesinos de Antifa y Black Lives Matter lo destruían y lo quemaban todo a su paso, en todas las ciudades estadounidenses controladas por el despreciable “Clan Clinton & Obama Mob”…

Este hombre, este presidente americano, no tiene otro igual, ni parecido, en la Casa Blanca y Historia Estadounidense. El que conoce eso, como es mi caso, se emociona, porque los peores criminales en América, con el aparato mediático más impresionante de la historia, han creado un Judas, para que todo el mundo pueda quemarlo…

Pero hay un proverbio inglés que advierte claramente que la abeja laboriosa no tiene tiempo de estar triste, porque el trabajo fructífero solo ofrece alegrías.

Por cuestiones de seguridad nacional, la salud del presidente no puede ser objeto de escudriñamiento fuera de la Casa Blanca, pues es algo muy serio en un imperio americano que se tambalea y puede ser atacado en cualquier momento y de cualquier forma, conocida o extraña o ignota.

Alicaído en su escritorio Resolute, el viejo Donald, es objeto de animosidad, expresiones de asco, de mala voluntad contra su figura y contra su familia; de odio y desprecio desmedido por toda su trayectoria, de vituperio contra su hijo, de ironía contra la Primera Dama, su esposa; de burlas, de insidias, de censuras, de acusaciones hiperbólicas; y de falsedades en la prensa manipuladora de auténticos imperios mediáticos.

Y ahí está el admirable Donald Trump, el mejor presidente de la grandiosa República estadounidense, un hombre bueno como este, jamás llegará, de nuevo, para librar a los Estados Unidos de los mafiosos que la están destruyendo…

No habrá una segunda oportunidad, no tendrá América esa suerte.

Tú, Donald, eres un gran hombre y así serás recordado; tu misión es defender el legado de la Fundación de Estados Unidos, de sus héroes, y de la nobleza del pueblo norteamericano.

En Europa, las personas decentes, creemos que nuestros hijos merecen algo mejor que la basura anarco-comunista que está destruyendo todo el Occidente juedeo-cristiano; y para que eso no ocurra, rezamos a nuestros dioses para que salve a la nación más excepcional en la historia de este mundo.

Estados Unidos es la tierra donde todo es posible, y donde todos los sueños se convierten en realidad. Los siglos de sabiduría y experiencia son el resultado de mil años de civilización occidental; y estamos convencidos, querido Donald, de que si destruyen América, la Unión Europea desaparecerá. Será invadida por asesinos mahometanos.

La llamada izquierda es la nueva aplicación de una dictadura «nacional-socialista» los nuevos nazis son la socialdemocracia que ha entrado en proceso de podredumbre política. Son la nueva mafia que hay que combatir, Donald ...

Estamos contigo, presidente americano, en que no debemos someternos a estos asesinos abanderados de la tiranía. Están quemándolo todo y quieren destruir la única revolución venerable que es la Revolución Americana.

Los famosos, otrora, servicios de inteligencia, han dejado infiltrar a toda las escuelas y universidades estadounidenses, con la peor ralea de asesinos mahometanos, comunistas, anarquistas y todos lo odiadores profesionales que pretenden la caída de Estados Unidos.

La llamada izquierda, querido Donald, lo ha distorsionado todo, y se ha aliado con todos los odiadores del planeta para destruir América. Los rusos, los chinos, los persas, y todos los yihadistas del planeta, se han confabulado para destruirnos a todos…

Los asesinos cubanos y los narcogenerales bolivarianos, se unen al enemigo para atacarte, Donald. Todas las universidades americanas son centros de propaganda malvada y racista contra los Estados Unidos...

Está bien que hayas firmado una ley para encarcelar por 10 años a quién derribe una sola estatua… Esperamos que en España, querido Donald, hagan lo mismo. Esta basura deshumanizada, hay que detenerla como sea, y al precio que sea.

Entonces hablaremos de cómo un presidente americano consiguió hacer América grande otra vez y cómo Europa, y el resto del mundo siguió el camino emprendido por Donald Trump para derrotar a todos los embaucadores que quieren esclavizarnos y destruir nuestra tierra y nuestra forma de vida.

No… no es la hora de tu muerte, Donald, es la hora de arrasar en las elecciones, de nuevo, y encarcelar a todos los asesinos.

Y hacerlo, a sangre y fuego...
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