Corpus Christi... Jesús que se da en cuerpo y alma

Santo Domingo.- Este año 2020, los oficios religiosos tienen un significado más especial, pues están centrados en la espiritualidad, la humildad y humanidad que Jesús nos legó en su paso por esta tierra.

A su paso por las distintas comunidades de Jerusalén, el hijo de Dios nos mostró la felicidad de dar de comer a quienes no tienen, pero también nos concienció sobre el trabajo honesto y de la importancia de dar al César lo que es del César.

Sus enseñanzas que vigentes de generación en generación y que trascienden las fronteras de los pueblos, están plasmadas en la Biblia, libro que describe la Eucaristía que se dio el Jueves Santo cuando en la Última Cena, Jesús convirtió el vino y el pan en su sangre y cuerpo.

Ese momento solemne es lo que conmemoramos este jueves 11 de junio, que es “Corpus Christi”, que se lleva a cabo exactamente 60 días después del Domingo de Resurrección.

Con motivo de esta fecha religiosa, a nivel internacional y en nuestra República Dominicana se organizan diferentes actos en recordación de este encuentro donde Jesús se dio por entero, y que actualmente recordamos con las homilías y al recibir la comunión.

“En esta fiesta, queremos realzar la acción admirable del Señor de haberse quedado a nuestro lado cuando volvió al Padre tras su paso por la tierra. Se quedó de una forma tan sencilla y familiar como el pan que nos sirve de alimento. Si grandiosa es la obra de la creación, y admirable la encarnación del Verbo de Dios, su presencia en la Eucaristía es sencillamente misteriosa”, así dice un párrafo de la reflexión escrita por Modesto García, OSA, de la comunidad Agustiniana.

A modo de historia, a mediados del siglo XIII el Padre Pedro de Praga dudaba sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía. El realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia de fe.

Al retornar, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la Cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró manchando el corporal. Otro dato interesante es que la iglesia lo celebra el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad.

Protocolo en las iglesias por la pandemia

En esta celebración de carácter religioso, el Papa Francisco continuará orando por el fin del Covid-19. Mientras en muchas partes del mundo, las misas serán oficiadas de manera virtual atendiendo al protocolo de la cuarentena y del distanciamiento físico que nos ha esta pandemia.

Aquí, en República Dominicana, el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, anunció la autorización de las misas de “Corpus Christi”, y destacó que la decisión fue tomada luego de analizar una solicitud de la Iglesia Católica a la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y el Control del Coronavirus.

En su cuenta de Twitter @GMontalvoFranco, Montalvo publicó lo siguiente “A solicitud de la Iglesia católica, con motivo del Día de Corpus Christi, la Comisión de Alto Nivel autorizó la celebración de misa este jueves, 11 de junio. #CoronavirusRD”.

Vale destacar que desde el miércoles 3 de junio, cuando inició la Fase 2 de la reactivación económica, se anunció la apertura gradual de las iglesias católicas que solo podrán oficiar cultos y actividades religiosas los domingos con una cantidad mínima de feligreses.

La primera celebración fue el pasado domingo 7, donde pudimos constatar que el sacerdote y sus acompañantes siguen el protocolo del distanciamiento social y físico; y que todos los feligreses llevaban su mascarilla durante el oficio.

Ahora, este jueves 11 se hará la excepción con motivo del “Día de Corpus Christi”, fecha que nuevamente congregará a los feligreses de la iglesia católica.

La primera lectura de esta celebración está tomada de libro de Deuteronomio 8, 2-3.14-16; la segunda lectura es de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 10, 16-17; y el Evangelio de San Juan 6, 51-58, en el que nos recuerda que “el come de mi carne y bebe de mi sangre habita en mí y yo en él. El que me come vivirá por mi”. En resumen el que comulga a Jesús se hace uno con Él.

Finalizo este escrito con una reflexión escrita en “Rayo de luz”, página 32, que dice “La vida de Cristo pasa a ser la del creyente. En cada eucaristía, nosotros renovamos ese pacto, nos comprometemos a vivir como Jesús, amando y sirviendo a los demás”. Amén.

Sin duda, con las huellas de sus sandalias, Jesús nos trazó el camino a seguir para vivir conforme a sus enseñanzas divinas, siendo solidarios y amorosos con el prójimo.