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Violencia, desorden, confusión, terror y caos.
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Violencia, desorden, confusión, terror y caos. (Foto: Alfonso Becker)

Violencia, desorden, confusión, terror y caos

Por Alfonso M. Becker
jueves 30 de enero de 2020, 15:07h
Entre los muchos secretos inconfesables en la “cocina” del Department of State de los U.S.A., se cuecen a fuego lento las indiscutibles habilidades del actual inquilino de la Casa Blanca para amenazar abiertamente a los enemigos de Washington; y también para crear el desconcierto incluso entre sus mejores aliados.
Muy poca gente en este mundo sabe que los que realmente llevaron al magnate neoyorquino, en volandas hacia la línea de salida, en la carrera por el Despacho Oval, fueron los militares retirados de alto nivel de todas las ramas del ejército de los Estados Unidos.

Las clases medias machacadas, las aberraciones semánticas de los clanes demócratas para no llamar a cada cosa por su nombre y el desprecio y olvido de los veteranos que lucharon en todas las guerras, eran socialmente evidentes.

Así como los conceptos de patria y de la grandeza de la república degenerados por Barack Obama y su espectáculo ridículo de “baloncestista”, no eran otra cosa que un vodevil para idiotas.

Con teatro político doméstico de «laissez faire» que tanto apreciaron los enemigos de Washington, Barack Obama, puso en peligro a los Estados Unidos.

El Partido Republicano lo tenía muy fácil… Tenía de su parte a las viejas glorias estadounidenses y las clases medias despreciadas, a la América profunda asqueada de ver siempre a las mismas familias de poder… y vieron en su bola de cristal, que Donald Trump podía “barrerlos” a todos.

Ello implicaba, naturalmente, a muchos laboratorios de ideas políticas donde los mejores analistas, y la flor y nata de los ex-oficiales de la Comunidad de inteligencia americana, con Michael Richard "Mike" Pompeo a la cabeza, se pusieron a disposición de Trump.

Profundamente preocupados por la corrupción, y un “pantano” repleto de cadáveres demócratas podridos, que nadie podría nunca “drenar” sin ser señalado como racista, nacionalista, narcisista, homófobo, misógino e inhumano, por una «cosa nostra» con mucho poder en Beltway autodenominada “izquierda” … Se pusieron manos a la obra. Y ganaron.

La llegada de Pompeo a la dirección de la CIA por orden del flamante presidente, Donald Trump, fue un movimiento de ficha maestro para que la Casa Blanca «probara» a los futuros negociadores de la «politique étrangère», dado que Francia y Alemania estaban revolviendo el gallinero europeo con un discurso anti-americano que preocupaba al Pentágono.

Así que el siguiente movimiento de Donald Trump fue colocar como jefe de la diplomacia a un tío que se expresaba como él, llamando a casa cosa por su nombre e importándole un bledo que fuera políticamente incorrecto...

El nuevo Secretario de Estado, Mike Pompeo, era el peso pesado adecuado para una «foreign policy» en la que Washington debería desplegar sin demora, la estrategia de fuerza y letalidad que el “amaneramiento político” de Barack Obama, ni supo, ni pudo poner en marcha.

Agresividad desmedida con los retadores enemigos hasta solucionar el problema… ¿no es eso la guerra? ¿no quieren pelea? Pues vamos a darle guerra sin declararla… Hasta que vayan cayendo, uno a uno...

Las fuerzas “invisibles” de Washington ya se mueven por todo el Oriente Medio. Tanto habla el enemigo de decadencia, ruina económica, y retiro espiritual del imperio americano, para irse a casa, y resulta que el impredecible presidente Donald Trump prepara y ultima los detalles para darle un golpe de muerte definitivo a los ayatolas de Teherán.

Si alguna vez los clérigos de la teocracia persa pensaron que ellos podían ser objetivo militar, como lo fue el jefe terrorista de la Fuerza Quds, Qassem Soleimani, ahora pueden estar seguros de que, a la menor vacilada de los mullah, en la escalada de guerra, serán “triturados” a bombazos.

Sabido es -incluso en Beltway- por la forma de actuar de su “intermitente” y cambiante equipo, que todo lo que hace el presidente americano y todas las órdenes que da a su ejército, como comandante en jefe, parecen sacados del resultado de una noche de insomnio...

Tal es así que la mayoría de esas órdenes son contradictorias incluso cuando se acometen operaciones especiales en las que se corre un considerable riesgo de confrontación militar de grandes proporciones; de guerra total hasta destruir a los ayatolas.

Como si una terrible pesadilla le hubiera mostrado a Donald Trump, el mundo de terror y muerte en el que vivimos… Absolutamente obsesionado con los asesinos musulmanes en pie de guerra, es el primer presidente de los Estados Unidos que ha creado el “Acuerdo del Siglo” para acabar, de una vez con el terrorismo palestino financiado por Teherán…

Ese acuerdo se lo ha gritado -textualmente- en la cara a todos los aliados árabes y a todos los europeos, amenazando. A voces, seriamente a los críticos en la Unión Europea y en todo el Oriente Medio; porque en 100 años nunca fueron capaces de resolver nada...

Los llama a todos, abiertamente, «sostenedores económicos de asesinos yihadistas que no quieren negociar nada» … «Solo quieren guerra y martirio» «Pues les daremos guerra y los mataremos, igual que a Soleimani» «Y si es preciso, enviaremos al estado terrorista persa, a la edad de piedra».

Eso ocurre porque al llamado “loco de Capitol Hill”, al contrario que a la ridícula élite de la Unión Europea, le importan un carajo los asesinos yihadistas de todas las ramas del Islam.

Donald Trump nunca ha negado que está dispuesto para matarlos a todos… Todo lo contrario: le gustaría vender caro su pellejo como servicio a su patria… No cabe duda alguna de que es un “loco” muy especial.

Mucho más, cuando los terroristas palestinos se han burlado de su genial, apoteósico, y grandioso «Acuerdo del Siglo» … Un acuerdo apoyado por todos los árabes aliados con Estados Unidos e Israel.

La Secretaría de Estado U.S.A. deja filtrar algunos titulares que ya llegaron a Teherán:

«Si los mullah iraníes han creído alguna vez, que sus lametones y carantoñas diplomáticas a Rusia y China achican o acobardan al cabreado Donald Trump, están equivocándose a lo grande, peligrosamente, porque esa repugnante política, propia de fanáticos ignorantes del Islam, y de idiotas incapacitados como gobernantes manipuladores, les costará la vida y la hacienda» …

En palabras de Donald Trump, el moro, el turco, y el persa, son ahora vistos en Occidente como cobardes propagandistas que gritan como mujerzuelas cuando se sienten seguros en la jauría del multilateralismo mal entendido… “Solo son terroristas” ...” Y los mataremos”

Este lenguaje militar que ya se utiliza contra los asesinos islámicos, debería explicar a los estudiosos de Teherán que la llamada “civilización occidental”
liderada por el imprevisible presidente americano, está dispuesta a devolver “golpe por golpe” a los terroristas, escalando hasta donde haya que llegar...

La decadencia del “universo musulmán” es un hecho palpable en todo el planeta. Si no fuera por la inteligente actuación política internacional de ese Occidente, al que odian a muerte, la cacería de mahometanos sería un deporte. Y la islamofobia un chiste de mal gusto para enfermos mentales del victimismo musulmán.

Un deporte ejercitado, precisamente, por otros asesinos mahometanos como ellos, que siguen soñando con “resurgimientos”, guerras santas, infiltración y victoria, conquistar el planeta; y toda esa basura religiosa que apesta a crímenes medievales recitados desde el «minbar» en la mezquita para que el «jutba» del «jatib» enloquezca a una masa embrutecida por sus propias élites clericales.

Los niveles de manipulación política entre los perturbados de la «algarabia» musulmana han conquistado las más altas cimas de la ignorancia y las cumbres más borrascosas del odio y del crimen mahometano.

Quizás por eso -piensan los comunistas chinos- que «la única forma de tratar a los musulmanes es tratarlos como enfermos mentales; y si se resisten al tratamiento, exterminándolos» …

Duras palabras de los chinos -advierten desde Washington...

Pero una cosa es pensar y otra es declarar, dando explicaciones, sobre el terrible crimen que Beijing ha ideado: los campos de concentración tan “eficientes” de las dictaduras soviéticas leninistas, o la China maoísta; algo que está ocurriendo a la vista “satelital” de todos los musulmanes turcos, o de los mahometanos persas.

Ni siquiera el asesino turco, Erdogan, ha movido un dedo para denunciar la tragedia de los musulmanes en China. Tampoco lo hace el líder supremo de la jauría chiíta, Alí Khamenei.

Como dicen en Estados Unidos: “Los moros la han cagado” “Su estrategia con los terroristas palestinos no solo ha fallado, sino los ha hundido en la miseria y en la destrucción de sus países” ...

Parece que ambos dictadores, criminales islamistas de la peor ralea -así reconocido y expresado en el mundo árabe sunita- han llegado a la misma conclusión que el presidente estadounidense, Donald Trump, con su archiconocido slogan «first America».

«First turkey» o «Iran first»... les parece ahora mucho más interesante a los grandes asesinos islamistas.

Pero en la decadencia del Islam, en todas sus grandes ramas yihadistas, y absolutamente en todas sus sectas, se explica perfectamente que esta muchedumbre violenta, analfabeta y criminal, solo entiende el lenguaje de la guerra: que se rindan, o matarlos.

Diseñados por ayatolas, ulemas, imanes, muftíes y toda esa clerigalla de parásitos del Islam que han convertido el mundo en un campo de batalla del que nunca saldrán bien parados, el Islam está enterrando el prestigio que alguna vez tuvo en el propio estercolero de su fanatismo y de su criminal fantasía.

Aunque Saudi Arabia está ahí como aliado en la guerra, es también responsable de este Oriente Medio en llamas que nunca ha tenido arreglo, salvo con una guerra total de exterminio…

Las advertencias a Riyadh, desde la Casa Blanca, son muy serias… O se apoya seriamente y se financia «El Acuerdo del Siglo», o los saudíes serán enterrados en las arenas del desierto por los terroristas persas… Y Donald Trump, no irá al rescate...

El prestigioso editor del semanario marroquí «La Vérité», Ahmed Charai, maestro en Derecho Constitucional y Ciencias Políticas, advierte a Europa y al mundo entero de una mafia criminal palestina con la que hay que acabar sin contemplaciones…

Los artículos de este “sabio” marroquí que observa la decadencia, el suicidio y la auto-destrucción del mundo árabe, son publicados en todo el mundo. Es impresionante su lección de geopolítica cuando declara:

«Es nauseabundo que los árabes, los turcos y los persas sean y serán siempre, tratados como la única “basura humana” que niega el holocausto y que sigue pidiendo la destrucción de Israel y el exterminio de judíos» …

«Y esto ocurre -escribe Ahmed Charai- porque la incultura y el fanatismo han sido “programados por clérigos llenos de odio, y por una escuela islamista manipuladora en manos de gobernantes asesinos y de grandes embaucadores propagandistas que se sostienen en el poder señalando a los judíos y a todos los infieles, como la fuente de todos los males» …

«Lo que ocurre es tan grave -advierte el prestigioso erudito marroquí- que ahora y en el futuro lejano, seremos testigos de cómo los árabes, los turcos y los persas, así como todos los mahometanos, seremos excluidos en el camino del progreso» … «Porque nuestra imagen, la imagen de los árabes, se está separando de los demás pueblos civilizados», «Convirtiendo a todos los musulmanes en una vergüenza internacional»

Quizás, todo esto que dejo por escrito, explique la humana grandeza de un presidente americano… Es cierto que no es Platón ni Aristóteles… El tono de su voz, quizás, no es el adecuado para recitar poemas de Homero y conmover a los exquisitos auditorios de las más sublimes academias.

Donald Trump se ha desenvuelto -desde siempre- en sus negocios, en el peligroso territorio de una gran urbe en el área de los solares y de la construcción. Creo que no hace falta describir que es una suerte de «territorio comanche» donde pocos sobreviven y donde hay que bregar con el crimen organizado...

No puede ser muy tonto si sigue vivo y sin magulladuras de importancia. Ha sido amante de mujeres hermosas y tiene hijos con varias de ellas… En el mundo en el que Donald Trump ha hecho su fortuna, cualquiera puede apostar que ha triunfado.

Pero este díscolo personaje no se ha conformado con un final cualquiera en el mundo del ladrillo… Ha querido dar sus últimos años de vida, a su país; una república a la que ama con todo su corazón.

Solo es el presidente de los Estados Unidos, liderando a su país hacia el lugar que le corresponde por haber conquistado el mundo entero; promover la libertad y el libre comercio; y permitir y favorecer, que los vencidos en las dos grandes guerras mundiales de exterminio, sean hoy las dos naciones más democráticas y ricas de este mundo.

Es un buen país…

Donald Trump ha llegado al Oriente Medio para dirigir esa pelea contra el Estado terrorista persa; está dispuesto para matar a todos aquellos que han propagado el odio contra los judíos y promueven un nuevo Holocausto.

Debe ser peculiar, supongo, porque se ha propuesto arreglar el problema palestino mientras el resto del planeta nunca hizo nada para detener esta ensalada de crímenes yihadistas que ha colocado a los asesinos mahometanos en pie de guerra en todo el mundo. Y quiere hacerlo como mejor sabe: negociando…

Pero también sabe, desde joven, que el que no quiere negociar, lo que desea es guerra… El medio en él se desenvuelve, históricamente, el asesino islámico es el territorio de la violencia, el desorden, la confusión, el terror y el caos.

Donald Trump les dará pelea.

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