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Las nuevas tecnologías, su impacto en el cerebro

Por Jose A. Silié Ruiz
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joseasilieruizhotmailcom/14/14/22
lunes 03 de agosto de 2020, 12:00h
Las neurociencias, en la actualidad están enfrascadas en la valoración del impacto de las nuevas tecnologías, principalmente en niños y adolescentes.
Para nosotros los ¨¨mayorcitos¨¨, de manera lógica el impacto es menor, por que pertenecemos a otra generación menos tecnológica. Esto no significa que tengamos que excluirnos, estamos también inmersos en una realidad de ¨¨participar o morir¨¨.

Sabemos que a diferencia de otras revoluciones tecnológicas, ésta la actual la ¨tecnología social¨, implica jamás estar solos y nunca estar aburridos. La socióloga Sherry Turide del Intitulo Tecnológico de Massachusetts (MIT), describe este fenómeno, como la ¨intolerancia a la soledad¨. Esta condición implica estar desatentos frente a las personas que tenemos alrededor y preferimos conectarnos con el mundo virtual. Eso ya lo vemos en todos los grupos, en la calle, en las reuniones familiares, en los bares y restaurantes, en las oficinas, en fin, en todas partes.

En cada momento que tenemos libre lo pasamos con el celular en las manos, con esta evasiva acción, impedimos el conversar, el interactuar físicamente, el que tenga lugar el invaluable pensamiento contemplativo.

Recuerdo con añoranzas, ese tiempo en que uno se sentaba a ¨hacer nada¨, era para meditar, para hablar con uno mismo, trazaba uno los planes de vida y surgían las ideas más brillantes, en esos momentos de abstracción total, en introspección y en íntima conversación personal. Penosamente, esto pertenece a la prehistoria del período del pensamiento sosegado e íntimo.

El cerebro sereno, es vital para la creatividad y el bienestar. Amén de que el estrés crónico de esta modernidad y que también usamos cada vez menos nuestras memorias, todo esto es nocivo para el cerebro, porque impactan negativamente a largo plazo, en regiones claves de la memoria, como el hipocampo y otras áreas como el lóbulo frontal, que tienen que ver con los recuerdos, la planificación y nuestra conducta social. ¿Será este estrés oxidativo, una de las razones del aumento del Alzheimer en personas cada vez más jóvenes?

Se acepta que tenemos el mismo cerebro del humano de hace 30,000 años, pero los estímulos en la actualidad son enormes, debemos manejarnos con: Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp, Google, mensajes de texto, etc., etc. Pero estamos pagando esa hiperinformación con: estrés, insomnio, irritabilidad, menor rendimiento intelectual, agotamiento mental, menor utilidad cognitiva, aislamiento personal, desapegos, etc., es decir, que nuestro cerebro conectado en esta modernidad de las multitareas, sufre pérdida de la atención. Sustento que un cerebro más concentrado, atento a menos estímulos y desviaciones, que pueda estar más enfocado en menos acciones, es un cerebro más feliz y más productivo.

Se ha planteado que las multitareas (multitasking) podrían ser beneficiosas para entrenar nuestros cerebros con mayor capacidad, como el paso rápido y eficiente entre actividades. Sin embargo, existe evidencia científica de que las personas que funcionan en esa modalidad, se dispersan más cuando pasan de una a otra actividad.

La mala administración de la atención, no solo genera improductividad, ansiedad, estrés, sino que puede tener consecuencias fatales. Lo estamos viendo en la actualidad en nuestro país, muchos de los accidentes automovilísticos tienen relación con el uso del celular al manejar, aun estén en ¨´manos libres¨, y es que el cerebro puede manejar un sólo elemento a la vez con la adecuada atención. Esos descuidos por unos segundos pueden ser letales.

Como padres y abuelos, vemos como esta generación está perdiendo la capacidad de conversar, de mirarse a los ojos, de establecer relaciones reciprocas más duraderas. Estamos pagando un precio muy alto por esa tecnología, aceptamos que nos da poder por el manejo de más información, pero… Es necesario detenerse a pensar, qué sucederá por el poco estímulo que hay en la actualidad en fomentar valores sociales como: la empatía, la compasión, el respeto a la privacidad, la solidaridad y la inteligencia emocional en nuestros hijos (y en nosotros también) cuando la mayoría de las interacciones sociales son de manera virtual muy técnicas y frías, en detrimento de la importante comunicación gestual y la cálida comunicación cara a cara. ! Ya veremos!

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