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Ideas educativas y democráticas (Parte 1)

Por Antonio Sánchez Hernández
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antonioasanchezhgmailcom/16/16/22
http://antoniosanchezhernandez.com/
martes 29 de enero de 2019, 00:30h
“Decían nuestros abuelos, que, desde principios del siglo XX, las células cerebrales contenían todos los recuerdos del pasado, todas las presiones, toda la educación, todas las experiencias, todo –el cerebro es el centro del conocimiento-. El cerebro, esa moderna computadora, estaría cargado con el conocimiento de dos millones y medio de años”. Deepak Chopra.
Cuando Rafael Trujillo destruyó la escuela fundada por Hostos en 1953, disoció el crecimiento económico futuro del país de su base educativa.

Cuando Rafael Trujillo destruyó los huertos escolares en el campo dominicano y las escuelas urbanas de artes manuales, hechuras de Hostos, creó las condiciones para que una escuela pública de bajo rendimiento se hiciera presente a lo largo del tiempo hasta el 2019: el promedio educativo actual del dominicano es de seis grados de primaria.

Cuando Rafael Trujillo disoció la teoría y la práctica en la educación pública creó un ciudadano conformista, incapaz de dialogar, un ciudadano para el monólogo.

Cuando Rafael Trujillo destruyó nuestra mejor escuela pública del siglo XX, pulverizó la escuela primaria y secundaria pública, el semillero natural para crear intelectuales y ciudadanos de primera categoría.

Cuando Rafael Trujillo, con el Concordato, separó la teoría de la práctica en la educación pública, no solo mató las raíces de las ideas de Hostos, sino que creó una comunidad dominicana autocrática por origen, aislada e isleña por necesidad e ingenua por formación.

Cuando Rafael Trujillo atravesó el corazón de la juventud con un largo cuchillo autocrático, al destruir la escuela de Hostos de educación para el trabajo, preparó el escenario para que la educación pública actual no apuntalara nuestra nacionalidad, como sucedió en Chile, con las mismas ideas de Hostos.

Consecuencias mediatas.

En efecto, desde entonces, desde 1953, con la desaparición de los huertos escolares, la escuela pública rural no crea niños con amor a la tierra, a la agricultura, sino campesinos migrantes. Los niños de las zonas rurales sienten desde entonces, que no aprenden a trabajar la tierra, a respetar su entorno ecológico, a conocer la importancia del agua y del bosque: prefieren ahora el motoconcho siendo jóvenes adolescentes o migrar a la capital o al exterior en la primera oportunidad.

Cuando Rafael Trujillo destruyó las escuelas públicas de artes manuales, en los poblados, a nivel primario creó una educación urbana ciega, sorda y muda, al matar en su cuna las habilidades y destrezas de niños y adolescentes. Nada los ata hoy al país: ni lo laboral, ni lo artístico, ni lo musical, ni lo idiomático, ni lo deportivo, con honrosas excepciones pero solo en algunas de las escuelas privadas, buenas o excelentes, pero de alto costo.

Efectos en el bachillerato público.

Cuando Rafael Trujillo destruyó la escuela primaria hostosiana, en el campo y en las ciudades, la escuela secundaria entró en crisis permanente desde 1953. No ha valido el Plan Decenal: la escuela secundaria devino pura teoría y cero prácticas. Los mejores profesores secundarios abandonaron el ministerio docente, lugar que ocuparían más tarde los partidos políticos, con sus clientelas de tedio y de analfabetos partidarios: cuando entraron al sistema educativo público los partidos políticos, desde entonces en R.D. no crece la yerba.

Cuando Rafael Trujillo castró la escuela secundaria, la universidad creó su guardia universitaria, antesala del partidarismo de este período de democracia de palabra: la universidad pública se convirtió en un comité de base, primero del Partido Dominicano de Trujillo, luego de los partidos democráticos de palabra, post-Trujillo. Nunca hemos podido separar e independizar los tres poderes del Estado, como antesala de la democracia real.

Las universidades privadas también empezaron a recibir un insumo educativo preuniversitario de pésima formación. El resultado: ¡Cuantas togas y birretes sin destino!

Desde 1953 la economía va adelante y la educación se ha postergado de forma dramática, mucho más la pública que la privada.

De Hostos son recuperables los huertos escolares, las escuelas de artes manuales y los politécnicos y las escuelas vocacionales de artes y oficios, añadiendo claro está, las computadoras. En secundaria el acento habría que ponerlo nuevamente en el desarrollo de las ciencias básicas, ciencias sociales y ciencias naturales, uniendo teoría y práctica, con un programa permanente de formación de profesores, reclutando personal universitario de experiencia y capacidad, si es necesario, de otros países del mundo. Tenemos todavía un promedio educativo nacional de seis grados de primaria.

Entre la secundaria y la universidad habría que crear el bachillerato técnico, carreras cortas, una red de politécnicos en todas las provincias que permitan soluciones de empleo a los jóvenes bachilleres.

A las universidades, públicas y privadas, (40 en total), incluidos los institutos superiores, sólo deben ingresar los mejores estudiantes del bachillerato, por concurso, como se hace en todas partes del mundo, donde la educación superior se respeta a sí misma. Finlandia es el mejor ejemplo educativo de Europa. Podríamos seguir el ejemplo finlandés.

El reto es enorme, crucial, determinante.

El reto para la Secretaria de Educación de R.D. es enorme, es de tanda extendida, pero de verdad. La tanda extendida debe garantizarse y concretizarse con la capacidad de producir destrezas diversas: laborales, artísticas, idiomáticas, musicales y deportivas desde la propia infancia. ¿Disponemos de los maestros suficientes para llenar de contenido la tanda extendida con destrezas laborales, destrezas artísticas, destrezas idiomáticas, destrezas musicales y destrezas deportivas en la educación pública y privada? Si no los tenemos, podemos contratarlos en diferentes países del mundo. Gastemos nuestros tributos en la educación.

Pero como la educación desde la infancia, debe y puede ser privilegiada por los gobiernos en base al 4% del PIB ya presupuestado, valgan estas ideas para establecer políticas educativas que vinculen la educación con el trabajo, la única y verdadera fuente de riquezas de una nación, de manera que el país crezca económicamente y que ese crecimiento se transforme todo el tiempo en desarrollo, en bienestar, base de la democracia tanto en el campo como en las ciudades desde la infancia. ¿Podremos?

León Tolstoi, sabio universal, “escribió que la infancia es poderosa, muy poderosa. En la infancia, ahí en ese lugar, al decir de León Tolstoi, nace la sociedad, y por la misma razón es el tramo que lo puede cambiar todo, si se introduce en ese nivel un sistema educativo con mucha calidad, bien variado, con buenos maestros. Con todas las escuelas que puedan administrar la calidad de lo que nace, la siembra de lo que se desarrollará más tarde, eso que llaman futuro. Para León Tolstoi el futuro es el ahora, el presente y él presente está en la infancia, como misión de vida.


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