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Máxima alerta porque China va a por todas...

Por Alfonso M. Becker
martes 08 de mayo de 2018, 00:43h
China se atreve a todo
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China se atreve a todo
“Washington intentará impedir que China conquiste el Heartland porque sabe que entonces, los días de la república estadounidense estarían contados”...
Con extrema violencia se mueve el “pivote amarillo”, que así lo llamaban cuando en las guerras pasadas se acuñó el sentimiento racista determinado por las grandes matanzas en el campo de batalla asiático. Las venganzas de la historia se enarbolan como excusa suficiente para exigir reparaciones, así que pasen mil años… Se nota, se palpa y se huele la guerra cuando la China emergente le vacila a la superpotencia americana y a todos sus aliados juntos...

Le están mintiendo, amigo lector, cuando le hablan de una guerra comercial contra China ideada por un malvado presidente americano con la cabeza -dicen algunos ignorantes- probablemente llena de pájaros… Sin embargo, como “progenitor” de mentiras y rumores efímeros, el tuitero mayor de Capitol Hill, emulando a los embaucadores británicos profesionales de la Cámara de los Comunes, y quizás a la peor morralla de propagadores del pánico de la Bolsa de Valores de Londres, sabe lo que hace y lo que dice…

Más que nada, porque todo su discurso obedece a un plan perfectamente diseñado por el establishment washingtoniano para hacer frente a la más grande amenaza que enfrentan los Estados Unidos en toda su historia.

Desde las reuniones aparentemente anodinas del Federal Open Market Committee hasta las insoportables y aburridas declaraciones de la Reserva Federal estadounidense en torno a la inflación, todo es noticias falsas y marear la perdiz con grandes cortinas de humo de colores variopintos cuando se trata de controlar los hilos globales que se deben mover en los momentos de extrema gravedad que estamos viviendo. Los llamados objetivos de inflación simétricos son una forma poética -ideada por Beltway- de indicarle a los comunistas de salón de Beijing que el capitalismo chino no es otra cosa que una forma aberrante, ilegal y asquerosa de hacer una guerra total contra el resto del planeta…

Una guerra irrestricta propuesta por Xi Jinping, con todos los medios y formas posibles, con todas las armas, económicas, mediáticas o militares para conseguir la preeminencia mundial del Partido comunista Chino. Un ataque intenso, enérgico, continuo y progresivo contra los intereses de Estados Unidos en todo el mundo, un ataque más directo y violento en los mares de China que abarque toda la zona Indo-Pacífico y que, al ser ilimitado, expulse al US Army de la región que Beijing considera de su propiedad, y muy a pesar de las quejas de sus vecinos, a los que está dispuesta para arrasarlos y llevárselos por delante...

Pero Donald Trump fue “inventado” precisamente como llave maestra para que la agresividad china se percibiera en Beijing con la respuesta fantasmal de una gran mano, una “manaza” estadounidense en el pecho y una amenaza muy real e impredecible para empujar contra la pared a los ladrones globales de la propiedad intelectual que ya están utilizando la bravata, la advertencia con amenaza, y hasta la fuerza militar para conseguir sus objetivos regionales; así como manifestar una cierta premura para situarse en una posición inmejorable para exigir el relevo hegemónico mundial a los Estados Unidos de América. Así que -como pueden imaginar- el Pentágono está haciendo acopio de armas de guerra y munición, a una velocidad de vértigo…

Halford John Mackinder, uno de los primeros geopolíticos del planeta, quizás el más brillante geógrafo británico de la historia, sumergido desde siempre en un área de interés teórico que define el alcance y los métodos de la geografía, señaló a ese peligro chino hace más de 120 años… Más de un siglo llevan en Washington sudando y con taquicardia con solo imaginar que China decida invadir Rusia y conquistarla, pues eso convertiría a los chinos en los dueños del planeta per saecula saeculorum , ya que sería prácticamente imposible derrotar a una civilización china dueña y señora de Eurasia y de África, a la vez, es decir, dueña de la “Isla Mundial”, el auténtico corazón de tierra firme más grande del planeta Tierra (Heartland) y el que posee todas las riquezas necesarias, aún por extraer…
La pregunta del millón de dólares es ahora: ¿Sabe el todopoderoso presidente ruso que no aguantaría ni dos semanas a una invasión china? ¿Puede imaginar el lector a un ejército chino de 300 millones de militares y máquinas de guerra? Pues son muchos más: 1.400 millones de chinos son para hacer muchas operaciones especulativas… Es por eso que los sabios de Washington siempre han hablado y escrito sobre el dilema de la “alternativa única” de Rusia, quizás por eso, los Estados Unidos, sus militares, se han confiado y China ha pillado en calzoncillos al Pentágono. Mucho más cuando incluso se habla de una alianza Beijing-Moscú. Algo que era la peor pesadilla para Washington.

Pero no corran tanto… Es natural que los sabios de Washington hayan previsto todos los escenarios. Aunque a usted le parezca que Donald Trump es un tipo raro y con escasos modales, los estadounidenses no son tan gilipollas y no es la primera vez que colocan de presidente a un individuo con aparente pocas luces para la gobernanza… Les insisto en que es solo apariencia, al igual que Arnold Schwarzenegger que llegó a ser gobernador de California o Clint Eastwodd que fue alcalde de la localidad californiana de Carmel… Todos ellos eran grandes hombres de negocios y todos, absolutamente todos, provenían del mundo del espectáculo. Ninguno tenía zorra idea de política…

La mentira política ha de ser pasajera y de corta duración según los cánones acuñados en la Cámara de los Lores desde los primeros tiempos de la democracia británica. Un buen ejemplo de ello será sumamente pedagógico para los lectores: uno de los más grandes embusteros del planeta no es exactamente Vladímir Putin (el presidente ruso es el segundo) sino el Secretario de Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson… Si estudian un poco la prensa verán que todas sus declaraciones son contradictoria de un día para otro, algo que -según Chatham House- es de capital importancia para tener siempre razon y sobre todo tiempo para ajustarse a las circunstancias…

A pesar de la guerra mediática y de las mentiras desplegadas, China ya es una amenaza existencial para Estados Unidos. Sus emergentes áreas de influencia le permiten el gran atrevimiento de amenazar a la US Navy y en cualquier momento pueden entablar combate con grandes posibilidades de ir expulsando, poco a poco, o con un gran conflicto, a los Estados Unidos del Pacífico occidental. Las amenazas de China hacia el US Army ya se hacen realidad en Djibouti, en toda África y en rutas de paso estratégicas como el estrecho de Bab el-Mandeb… No es solo el Mar de la China Meridional… ¡Se trata de la Isla de Mackinder! El peligro no es solo para Estados Unidos sino que es peor para Rusia.

Las coaliciones y las alianzas pueden ser un juego para Rusia o para China… Pero Estados Unidos se lo ha tomado tan en serio que le importa un bledo lo que haga Vladímir Putin y se prepara para una guerra inevitable con una China que está utilizando todas las armas disponibles (incluyendo la invasión demográfica) para ocupar Eurasia, Oriente Medio y África… La terrible “visión” de los estudiosos en Beltway sobre el terrorismo musulmán no inquieta en Washington DC… se ha desplazado todo el interés estratégico hacia la zona Índico-Pacífico.

En Washington no olvidan que en 1919, el británico Halford John Mackinder, resumió su “Teoría de la Región Cardial” con la siguiente sentencia:

"Quien controle Europa del Este conquistará toda Europa y dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo y nadie podrá impedirlo”.

Washington intentará impedir que China conquiste el Heartland porque sabe que entonces, los días de la república estadounidense estarían contados.




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