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Los envejecientes… ¿Carga o recurso?

Por Milton Tejada C.
domingo 03 de septiembre de 2017, 21:55h
Los envejecientes… ¿Una carga o un recurso? Esta pregunta la formulé a través de Facebook (25 de agosto, 2017), recibiendo múltiples y variadas respuestas que compartiré al final de este artículo. La motivó el lanzamiento por parte del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) de los premios “Ejemplos de Vida” con el objetivo de “reconocer y dignificar a los adultos mayores que aún se encuentran activos en el ámbito laboral”, con motivo de que el 1º. de Octubre se celebra el Día Internacional del Adulto Mayor.

Aunque el esfuerzo realizado por CONAPE es bueno y conduce a llamar la atención sobre ese “oro gris” que en múltiples ocasiones no es valorado a nivel empresarial, lamenté mucho que dicho reconocimiento se circunscribiera al ámbito laboral, pues conozco muchísimos adultos mayores activos en la familia, en las iglesias, en las asociaciones sin fines de lucro, en la actividad social y política.

Quiero aprovechar el llamado del CONAPE y la pregunta que hicimos en Facebook para reflexionar sobre las característica del envejecimiento como etapa evolutiva de la persona humana.

Cambiando los parámetros
Hasta hace poco tiempo, la preocupación fundamental en los estudios sobre la vejez fue la de prevenir o remediar las pérdidas que pueden comprometer la salud, el bienestar o la autonomía de las personas mayores (Villar, 2013).

Ha sido una perspectiva centrada en pérdidas, fortalecida como si fuese un círculo, por presupuestos sociales que ven en el envejecimiento una edad de limitaciones crecientes y que ubican a los adultos mayores como una carga cada vez mayor, tanto para las familias como para la sociedad. Esta visión se fundamenta en estereotipos tradicionales que colocan esta etapa del desarrollo de la persona como una etapa de declive, dependencia y pasividad (Thornton, 2002; en González-Celis Rangel y Mendoza Madrigal, 2016).

Sin embargo, cada día más este concepto es cuestionado –primero desde la propia realidad y luego desde la investigación-.

Rowe y Kahn (1987; en Triadó, Carme y Villar, Feliciano 2014) utilizan el concepto de “envejecimiento con éxito” y establecen tres criterios: baja probabilidad de padecer enfermedades y discapacidades asociadas a ellas (es decir, presencia de salud física), capacidad funcional alta (tanto desde el punto de vista físico como cognitivo) y una implicación activa con la vida. Coincido con Villar (2013), quien indica que estos criterios.

Un enfoque distinto es aportado por M. Baltes y Carstensen, 1996; M. Baltes y P. Baltes, 1990; Freund y Riediger, 2003 (en Villar, 2013) para los que el envejecer con éxito sería “equivalente a sacar el máximo partido de los recursos de los que se dispone en cada momento, pero sin niveles o estados universales que alcanzar”. Es un enfoque muy trabajado desde las teorías del ciclo vital, de las cuales soy deudor (aunque siempre relativo), uno de cuyos representantes clave es Erik Erikson.

Cumming y Henry (1961; en Villar, 2013), reaccionan con su “teoría de la actividad” que sostiene todo lo contrario de ese ver a los adultos mayores como carga: los mayores no sólo no desean desvincularse, sino que, si se les ofrecen oportunidades para ellos, tratan de seguir activos y sustituyen roles perdidos por otros nuevos. Esto promovería la satisfacción y el bienestar en esta etapa vital.

Otra teoría, la del “envejecimiento productivo”, heredera de la teoría de la actividad, tiene la virtud de destacar elementos cuantificables, reivindicando el valor de los mayores ante la sociedad. Actividades generativas como cuidado de los nietos o de otros o tareas del voluntariado, pueden ser entendidas dentro de esta visión (Miralles, 2011). También este enfoque contribuye a la discusión de elaboración de políticas sociales y se inscriben dentro de lo que la Organización Mundial de la Salud (2002) define “envejecimiento activo”: “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para promover la calidad de vida a medida que se envejece”.

Hicimos este brevísimo recorrido para tratar de evidenciar que “todo punto de vista es al vista desde un punto” (Leonardo Boff) y que la visión que promovamos desde instituciones como el CONAPE y en la sociedad marcarán no sólo un marco para el desarrollo personal de los adultos mayores, sino también un marco para una sociedad inclusiva, como la definió la OMS.

En lo particular, asumo que los envejecientes son un recurso, no solo en el sentido emocional sino también en sentido productivo (una de cuyas facetas busca reconocer CONAPE). Sin embargo, el si-mismo con el que se visualizan muchos adultos mayores es afectado negativamente por el contexto. Modificar el contexto cargado de estereotipos y prejuicios es contribuir a modificar la situación de una sociedad en que, para el 2050, uno de cada cinco habitantes tendrá más de 60 años.

Desde las redes

Les comparto algunas de las respuestas dadas por mis amigos de Facebook (muchas gracias por interactuar en esa plaza grande que son las redes sociales). Tuve la tentación de organizarlas por categorías (por ejemplo: las que consideran a los adultos mayores como un recurso, las que apuntan a considerarlos como una carga, y las que condicionan su respuesta: son un recurso, pero… o son un recurso, si…), pero me abstuve. Es preferible que mis lectores hagan sus propias agrupaciones, saquen a flote sus juicios y prejuicios –y en múltiples ocasiones, hasta sin quererlo, su historia personal, sus vivencias-.

· La experiencia no se improvisa, fuimos jóvenes y sabemos cómo anda la cabeza en cada etapa de la vida (un adulto mayor);

· Existe una diferencia entre envejecer y hacerse viejo. Envejecer comprende todos los cambios biológicos que se producen con el paso del tiempo. El ritmo de envejecimiento biológico varía de una persona a otra, puesto que algunos órganos envejecen antes que otros. Asimismo, en la actualidad se está observando la influencia de factores genéticos y ambientales sobre el envejecimiento. En cambio, hacerse viejo es un concepto social que provoca sentimientos poco relacionados con el proceso biológico de envejecer.

No resulta sorprendente que las mujeres padezcan estos sentimientos, ya que socialmente se suele discriminar a las mujeres mayores. Pero en las culturas tradicionales tienden a valorar mucho a las personas ancianas y son tratadas como fuentes de sabiduría que se debe transmitir a las siguientes generaciones; a menudo se considera a las mujeres mayores «sanadoras».

Entiendo que va a depender de como llevaron su vida y asumieron sus responsabilidades antes de llegada a esa etapa, podrían ser carga, o recurso…

· Cierto, será lo que cada persona haya hecho con su vida: Carga si no tiene nada que aportar, y un valioso recurso si la persona es una cofre de sabiduría y conocimientos por compartir;
· ¡Un refugio! ¡Cuánto me encantaba escuchar las historias de mi abuela!

· Voy a responderte con una anécdota. Pasamos a principios de año por Philisburg, St. Martin Neerlandés, y nos detenemos en una tienda de artesanía, donde nos atiende una envejeciente, dominicana, con quien entablamos la conversación habitual que uno suele tener con su gente cuando se encuentra en el extranjero. Lo que esta humilde señora nos dice, se me graba y lo recuerdo palabra por palabra: "estoy trabajando porque quiero, porque no me voy a arrinconar sintiéndome todavía fuerte y útil, pero como paso de 65 años y estoy nacionalizada ya tengo mi pensión de la que puedo vivir sin tropiezo.

No la busqué, me salió automáticamente por mi edad. Aquí los viejos tenemos preferencia en el pago de los servicios, el transporte”. Yo veo esto aquí y lo comparo con mi querida Quisqueya y lo que me da es gana de llorar. Tengo hermanos y sobrinos que los vi nacer y tú los ve unos viejitos cayéndose, que al lado mío puede creerlos mis padres: llenos de arrugas y arañando los chelitos para malvivir.

Entre mi familia, amigos y conocidos no sé de ninguno que tenga una pensión, porque allá eso es un lujo de unos cuantos. Yo veo este pedacito de tierra, que no produce de nada, que solo vive del turismo, y ustedes ven cómo vive la gente: tiene asegurada educación, salud, tiene con qué comer mal que bien, pero no pasa hambre. Y yo veo mi querido país tan rico, con tantos recursos, minas, oro y de todo, con un grupito nadando en la abundancia y casi todo el mundo pasando las de Caín...(no sé si esta última parte es del amigo que me respondió o de la señora de la historia, nota MT).

· Es un recurso familiar desde el punto de vista afectivo. Jamás debiera verse como una carga, por razones humana en el núcleo familiar. Ahora bien, hay duras realidades cuando nuestro envejeciente carece y a la vez es vulnerable biológica y económicamente. Siendo realista ellos sufren y nosotros sufrimos sus padeceres.

· Un recurso para la comunidad y la integridad familiar. Nos puede apoyar a conocer la comunidad y su gente...quiénes vinieron primero, cómo se desarrollaron y quiénes fueron los pioneros en diversas acciones, primer bombero, primeros rezadores… otros.

Como ente integrador y de unidad familiar, lo menos que pueden hacer los abuelos es contarnos viejos cuentos y canciones de antaño, especialmente cuando se nos va la energía eléctrica…
· ¡Una mina de conocimientos que nos acorta el camino!

· Yo digo que depende. Porque uno se ponga viejo, no tiene que ser una carga o inútil. Pero hay gente que le hacen la vida imposible a otras y no aportan nada (como pasar tiempo con los nietos, seguir tradiciones, contar cuentos o historias, etc). Gente egoísta. Esos si son una carga.

· Eso depende con el cristal con que lo mire. Por ejemplo, mi abuelita de parte de mami, la única que queda viva, daría mi vida porque dure muchos años más de vida, tiene 94 años y cuando estoy con ella me llena de paz, amor y mucha alegría e igual eran mis otros abuelos… La amo con locura, critico mucho esos hijos que llevan sus padres a hogares de atención sólo porque no tienen tiempo para cuidarlos o simplemente son un problema, pero olvidan en tiempo pasado cómo sus padres se dedicaron en cuerpo y alma para que hoy sean ente en la actual sociedad que hoy estamos viviendo… ¡que vivan los ancianitos bellos hermosos!

· Un recurso... siempre tienen algo que aportar (experiencia, sabiduría, vivencia, conocimiento). Si lo vemos como carga es porque no sabemos aprovechar ese recurso.
· Los envejecientes son un recurso muy valioso. Tienen la experiencia, conservan la memoria histórica. Dichoso aquel que tiene sus viejos en su alrededor. Yo…soy un dichoso...



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