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Maestro José Antonio Molina y el violinista Ángelo Xiang Yu.
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Maestro José Antonio Molina y el violinista Ángelo Xiang Yu. (Foto: David Soto)

Violinista Ángelo Xiang Yu encanta al público con su magia interpretativa

Por Arismendi Vásquez
jueves 24 de agosto de 2017, 12:38h
El violinista chino Ángelo Xiang Yu, reconocido como uno de los jóvenes violinistas más talentosos y creativos de la actualidad, llenó las expectativas del público que colmó la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, la noche del miércoles, para verlo interpretar el Concierto No. 4 en Re mayor, de W. A. Mozart.
Violinista Ángelo Xiang Yu.
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Violinista Ángelo Xiang Yu. (Foto: David Soto)
Santo Domingo.- Dueño de un excepcional talento musical y depurada técnica, Ángelo se adueña del escenario desde el inicio mismo de su intervención, logrando comunicar a los presentes, con su peculiar estilo y su jovial temperamento, sin afectación, el mensaje musical del concierto No.4 de Mozart, quien interpretó esta pieza a sus 19 años, concierto que ha sido catalogado por un virtuoso violinista, como “más extrovertido y más virtuosista que sus predecesores”.

Pare reciprocar los cálidos aplausos de los presentes, Ángelo interpretó el hermoso y afamado tema Meditación, de la ópera Täis.

El programa inició con “Preludio y Muerte por amor”, de la ópera Tristán e Isolda, de Richard Wagner. Justo es reconocer que el perfecto ensamble de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del maestro José Antonio Molina, contagió a los presentes con la “mezcla de pasión amorosa, sensualismo, tragedia y dolor” de esta página sinfónica de extraordinaria belleza, propia para acentuar el ambiente de nostalgia que aún prevalece en la Sala Carlos Piantini, por la reciente muerte de Pavle Vujcic, concertino de la OSN, así como la memoria del maestro Jacinto Gimbernard, a quien está dedicada la Temporada Sinfónica 2017.

La noche concluyó con la majestuosa interpretación de la Sinfonía No.4 en Fa Menor, de Peter I. Tchaikovsky, cuyos cuatro movimientos mantienen en vilo a los presentes. El primer movimiento inicia con una impactante introducción de las trompas y los fagotes, que presentan el tema del Destino fatal que impide el logro de la felicidad. La obra termina triunfalmente, con una explosiva interpretación orquestal que vuelve eufórico al público presente y llena de satisfacción al maestro Molina y a toda la Orquesta Sinfónica.

(Fotos: David Soto)
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