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Tiempos salvajes para Estados Unidos…

Por Alfonso M. Becker
domingo 23 de abril de 2017, 18:01h
Alfonso M. Becker, analista.
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Alfonso M. Becker, analista.
“La información es demasiado importante como para dejarla en manos de los periodistas.” Pierre Bourdieu
Dicen los politólogos más serios de la Escuela de Chicago que la elección de un presidente “manejable” es la mejor opción que tiene un país y el mejor de los resultados electorales cuando los acontecimientos en Política Exterior se precipitan y se necesita urgentemente tocar “zafarrancho” dando respuestas ad hoc a todo tipo de escenarios inesperados. Esa es una vieja forma de actuación política que hoy se pone en marcha en Washington, no precisamente, para salvar los muebles sino, más bien, para dar una imagen aceptable de mantenimiento de calma ante la retórica violenta utilizada contra los Estados Unidos, las amenazas evidentes a la US Navy, así como los llamativos movimientos de tropas y del más sofisticado hardware militar en Asia-Pacífico para atacar con artillería convencional o con misiles nucleares a las Fuerzas Armadas estadounidenses y a sus aliados.

Debe entenderse por presidente “manejable” al que acepta de buen grado y con educación los sabios consejos de su equipo de Gobierno, entendiendo que los súper-especialistas de carrera están ahí precisamente para eso. Hubo presidentes en la historia estadounidense como, por ejemplo, JFK que tenían su propia opinión no solo sobre la compleja geopolítica sino además por los asuntos domésticos; con su “ New Frontier” muy pocos consejeros se atrevían a llevarle la contraria. Se diría que era el tipo de presidente poco manejable porque solo se fiaba de tres o cuatro y si eran de su familia, mejor que mejor… Hasta Robert McNamara temía llevarle la contraria… Si hubiese que encontrar un presidente parecido a Donald Trump, por su fácil manejabilidad, solo encontrará el lector, a Ronald Reagan...

Poca gente había sospechado que un magnate “parlanchín” era el adecuado para el cargo en una “Era de Trump” que comenzaría en el 2017, pero los sabios de Washington ya estaban a la búsqueda de un nuevo “Reagan” o quizás de un “Nixon” para lo que se veía venir… Estados Unidos estaba entrando, a pasos agigantados, en un ciclo de guerra en varios frentes, en distintos escenarios, y se necesitaba el hombre adecuado para gestionar la famosa “estrategia del loco”: la seria posibilidad de que Washington no tuviese más remedio que acudir a su arsenal nuclear para dar la respuesta oportuna a una China que lo estaba retando en el concierto mundial y a una confabulación islámica terrorista de características globales...

Hablar de escuela de pensamiento geopolítico en el equipo de Trump podría parecer un chiste, pero no lo es… En la guerra asimétrica desplegada por asesinos islámicos, bien como actores estatales o bien como bandas islámicas terroristas, como sus proxy, el Pentágono se ha decidido por el aspecto definitorio de la segunda mitad del siglo XX respecto a guerras subsidiarias, y es notablemente más barato para poder redirigir recursos de guerra ante el gran enfrentamiento militar que se avecina con China… Los analistas que rodean a Donald Trump juegan, pues, con la principal arma que sembrará el caos en Oriente Medio: el laissez faire respecto a Siria e Irak, íntimamente ligado a la desinformación más aberrante… En cambio, la escenificación de una probable segunda guerra de Korea, sería una suerte de “pulso” con China para hacer una valoración de su actitud colaborativa; pues tanto Moscú como Beijing siempre se han jactado y llenado la boca de “multilateralismo” más bien metafísico y propio de embusteros…

Decía uno de los más destacados representantes de la sociología contemporánea, Pierre Bourdieu, que la desinformación, la falsedad, el periodismo amarillo, la banalidad en el tratamiento de la información y la grotesca falta de preparación intelectual de los periodistas, están haciendo el juego no solo a las clases dominantes más corruptas sino que -además- los mal llamados “creadores de opinión” ni siquiera saben opinar si no es en el terreno de los concursos de cocina para supuestos gourmet o en el triste reality show en el que han convertido la vida cotidiana… Pretender, pues, dar una opinión política en el contexto de la Foreign Policy estadounidense, cuando el periodismo está medio muerto, sepultado por la sociedad del espectáculo; podrido por el interés político, y donde el análisis geopolítico brilla por su ausencia porque está en manos de charlatanes sujetos a la triste premisa de “précarité, l'insécurité pour vivre, le mensonge et l'envie, sont partout aujourd'hui”...

En esta circunstancia, los clásicos enemigos de Washington, como son China y Rusia, se unen y hacen “juegos malabares” con asesinos islámicos para socavar el poder de la potencia hegemónica… Están jugando con fuego cuando todo el mundo sabe que tanto Moscú como Beijing, ya tienen el terrorismo islámico dentro de sus fronteras… Se queja -con razón- el Pentágono de que la Unión Europea, hedonista, amanerada y con una miopía política que clama al cielo, no sea un verdadero aliado militar porque vive ”atormentada” entre el poder y el uso de la fuerza… Hasta que no ocurra la gran desgracia de otra guerra mundial en suelo europeo, no se enterarán de que la cultura judeocristiana solo se defiende por medio de las armas…

Los tiempos salvajes, ya han llegado. Europa y Estados Unidos ya presienten la catástrofe de una guerra sin cuartel. Lo aliados árabes de Occidente se están armando hasta los dientes porque saben que todas las guerras que un día fueron, volverán a ser de nuevo… Tal como hubo grandes enfrentamientos, los habrá ahora, y tantos muertos se contarán como entonces. Ninguna guerra es nueva porque ya las conocemos todas excepto las están a punto de venir en Middle East y en los Mares de China. El que quiera entrar en pánico, puede hacerlo; pero debe saber que no hay nada nuevo bajo el sol que sorprenda a los Estados Unidos y a sus aliados europeos. Lo realmente triste es que tanto Europa como Australia, Rusia y como gran parte de Asia, han olvidado que deben su victoria y su supervivencia a la ayuda militar y económica de los Estados Unidos de América…

Japón, Filipinas, India, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y muchos otros aliados asiáticos, se niegan a ser vasallos de una China que anuncia su poder y quiere espacio… El espacio que merece y el respeto debido… Los mullah de Teherán, aprovechan la coyuntura para que América se derrumbe; y se creen con la suficiente fuerza y poder para retar a Occidente y han jurado destruir a Israel…

Son tiempos salvajes, mortíferos y de auténtica ruina… van a vivir ustedes una gran pelea bajo el cielo rojizo de la guerra. Porque todo lo que ocurre bajo el sol tiene su tiempo, y los que pelean para defender su estilo de vida, la democracia y la cultura judeocristiana, también tienen su tiempo, reducido y hasta finito... Ese tiempo de reír, antes de pelear, para luego llorar…

¿Puede alguien atreverse a decir que esto de la guerra es algo nuevo? Hubo una deriva histórica en el equilibrio de poder en favor de las sociedades democráticas. Las democracias triunfaron sobre el fascismo… Ahora los nuevos nazis son los terrorista musulmanes. Son los que se han infiltrado en las sociedades democráticas con un imponente aparato de propaganda antisemita. El matar judíos es su “gran obra” pero los demás infieles irán detrás… Quieren todo el espacio. Y las autocracias son buenos compañeros de viaje… El asunto es tan grave que se mastica el ambiente.

Estados Unidos solo espera que sus aliados estén a la altura de las circunstancias...

Alfonso M. Becker
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