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Nuestra Señora de La Altagracia.
Nuestra Señora de La Altagracia. (Foto: Fuente externa)

Por los caminos de la fe: La Virgen de La Altagracia protectora del pueblo dominicano

Por Virginia Roca Pezzotti
sábado 21 de enero de 2023, 11:02h

La Virgen de La Altagracia es la Protectora del pueblo dominicano, por lo que su presencia se encuentra en toda la geografía nacional, en santuarios, iglesias, capillas, ermitas, catedrales, basílicas, en altares a las entradas de los poblados, en los hogares y en el corazón de todos los dominicanos. La provincia de La Altagracia en la República Dominicana recibe cada año en el mes de enero miles de peregrinos que van llegando con sus pedidos a la Virgen de La Altagracia o con su agradecimiento por el cumplimiento de lo pedido el año anterior.

Santo Domingo.- El 21 de enero se celebra, en la comunidad de Salvaleón de Higüey en la provincia de la Altagracia en la República Dominicana, el milagro y la rememoración de la leyenda que da inicio a la advocación mariana, a la Virgen de la Más Alta Gracia, en América y el inicio con ésta, de la primera advocación mariana que se genera en el Nuevo Mundo cuyas características iconográficas son muy diferentes a Altagracia que la origina en la ciudad de Garrovillas, Cáceres, España.

Esta primera Virgen americana, La Altagracia, nace en la Hispaniola, hoy República Dominicana. Este ícono, está conformado por signos entre los cuales destacan su configuración como una Natividad, en la que se visualiza a la sagrada familia de Jesús, José y María. Así como se destaca en el lienzo de la Virgen una composición hiperbólica triangular y el manto de luz de la Virgen, que arroja luz a la nueva humanidad que surge del encuentro de dos mundos justo al inicio del siglo XVI, para hacer de este, un mundo más global, amplio y diverso.

La Virgen de La Altagracia es la Protectora del pueblo dominicano, por lo que su presencia se encuentra en toda la geografía nacional, en santuarios, iglesias, capillas, ermitas, catedrales, basílicas, en altares a las entradas de los poblados, en los hogares y en el corazón de todos los dominicanos.



Cada año publicamos el artículo de nuestra colaboradora Virginia Roca Pezzotti, dominicana, educadora, psicóloga y antropóloga, madre, esposa, hija y hermana, realiza su labor de investigaciones antropológicas, gestión de desarrollo social y cultural, en el turismo cultural y creativo como una labor de servicio a la República Dominicana.


La Leyenda cuenta que el lienzo que hoy se venera fue pedido luego de un sueño por una niña residente en Salvaleón de Higüey a su padre que era mercader. Este de forma mágica recibió el lienzo en su última posada de manos de un anciano de blanca barba quien una vez hizo la entrega de la hermosa Madonna, desapareció.

Una y otra vez tras los relatos de los milagros que acontecían en la casa del mercader en donde la imagen se albergó, se trató de traer la imagen a la capital dominicana, a Santo Domingo de Guzmán, para que el cuadro estuviera en la Catedral Primada de América, pero milagrosamente la Virgen aparecía en Higüey sin que se pudiera explicar su escapada desde Santo Domingo hasta el poblado de Higüey.

En un viaje de estos, La Virgen llegó a aparecer en las ramas de un naranjo, en Salvaleón de Higüey, indicando con ello que quería que allí se le erigiera un templo. Y se construyó la Iglesia de San Dionisio, donde ella por varios siglos pernoctó, ante la mirada suplicante de los peregrinos que llegaban hasta ella solicitando de sus favores con pies cansados y con el corazón henchido de fe.

En la segunda mitad del siglo XX (1954-1971) se construye la magnífica Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia en Higüey, cuya imponente arquitectura recrea como un eco continuo la forma del manto de la Virgen de La Altagracia.

La provincia de La Altagracia en la República Dominicana recibe cada año en el mes de enero miles de peregrinos que van llegando con sus pedidos a la Virgen de La Altagracia o con sus agradecimientos por el cumplimiento de lo pedido el año anterior.

Los promesantes que llegan en peregrinación se acogen bajo el manto metafórico de la Basílica y allí acampan desde el 19 de enero de cada año hasta el 21 de enero, para amanecer al alba del 21 de enero, a los pies de la Más Alta Gracia rindiendo tributo a la que les hace transitar de una forma viva en su día a día por los caminos de la fe.

Nuestra Señora de La Altagracia.
Nuestra Señora de La Altagracia. (Foto: Fuente externa)
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