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Vamos a vivir una auténtica guerra nuclear...

Por Alfonso M. Becker
martes 20 de septiembre de 2016, 10:03h
“El futuro del continente euroasiático quedará muy marcado por la forma en que lo vean China y Estados Unidos” Henry Kissinger


No se tratará de un lanzamiento de advertencia para exigir el cese de actividades militares o la rendición incondicional… Eso era en otros tiempos… No será posible tanta limitación o “exquisitez” tal como se mueve hoy el tablero mundial… Incluso pensando en la panoplia de armas desplegadas, es imposible detener un protocolo de respuesta militar informatizado… Se suele mentir mucho cuando se saca a la luz el tema de los conjuntos de reglas complejas establecidas en los procesos de comunicación entre sistemas para el hardware guerra… Ahora los chinos lo ha complicado, aún más, con su satélite de telecomunicación cuántica. La alarma en Japón, hoy, es aterradora y Estados Unidos está en guardia permanente… El “atrevimiento” y la osadía en el Mar de la China dice mucho, dice más que nunca...

Son de guerra total los tiempos que corren. Tiempos de terror instaurados por asesinos musulmanes que quieren dominar el mundo y tiempos de incertidumbre nuclear y radiactiva provocada por elitistas chinos de un partido que se llama comunista con delirios de poder capitalista y que -además- piden pelea para conquistar territorio... Lo que se avecina es algo serio… La gente suele entender por teoría política las reflexiones comprehensivas en torno a situaciones de geopolítica que en el caso concreto de Oriente Medio giran en torno a los satánicos infieles de Occidente, y en los mares de China se sustentan en el poderío económico de Beijing y su carrera armamentística hacia el estrellato bélico… Pero no es el término correcto.

Por un lado, la propaganda musulmana de guerra se ha encargado de extender por todo el Occidente un antisemitismo que la cultura judeocristiana y su sociedad liberal no ha sabido detener y extirpar en las calles y en las universidades, centros de estudios occidentales donde los departamentos ocupados por musulmanes se encargan de promover el odio a Israel así como el rechazo a la política exterior americana y la repugnancia por todo lo que sea judío… La infiltración musulmana no es tan inocente como la frívola y hedonista Europa nos quiere hacer creer.

Ahora esta manifestación de odio no solo se extiende a los judíos de todo el planeta y al Estado de Israel sino que alcanza a toda nuestra sociedad occidental que, para esta nauseabunda turba mahometana, es el origen de todos los pecados... Los moros odian a muerte a los Estados Unidos y le han cogido el “tranquillo” a esto de la libertad de expresión y de la democracia que ellos quieren destruir: han instalado en el territorio de los demócratas infieles el mayor aparato de propaganda musulmana que nunca en la historia han tenido los moros...

El moro, farsante y traidor en tiempos de guerra y de supuesta paz, por naturaleza familiar y cultura islámica, tiene en su contra el desconocimiento absoluto de las fuerzas impersonales de la modernización, del capitalismo, de la globalización y de todos los valores universales del mundo liberal. Así, las autodenominadas repúblicas islámicas que ahora llaman a la guerra santa contra los infieles no pueden mostrar conocimiento de la filosofía política porque sus clérigos dirigentes no tienen ni puñetera idea sobre saber teórico alguno de las cosas políticas… Leo Strauss diría a los ayatolas persas o a cualquier otro musulmán de este mundo que utilizar uno de los libros que llaman sagrados para conquistar el planeta mediante un conflicto bélico solo puede ser propio de incultos fanáticos religiosos que han llegado al extremo de su degeneración… Pues el Corán no es un conocimiento práctico ni siquiera para la guerra moderna…

La filosofía política es pues el término correcto para señalar la más peligrosa y cruel de las carencias entre los asesinos del Islam. Eso es lo que se piensa en Washington y lo que piensan los aliados europeos. Curiosamente los persas ni siquiera saben que Rusia y China, piensan lo mismo...

El criminal mahometano puede teorizar sobre lo que le apetezca si sus clérigos le sugieren que hay un saber teórico sobre cómo exterminar a los infieles occidentales y su cultura judeocristiana. Pero todo conocimiento geopolítico es considerado práctico y no teórico desde la antigüedad… La Filosofía Política o Ciencia Política, la Ética y la Economía formarían parte de las ciencias prácticas de la misma forma que las Ciencias Naturales y las Matemáticas forman parte de las ciencias teóricas.

El sueño irrealizable del fanático musulmán es exactamente el mismo que llevó al Tercer Reich a su destrucción y muerte. La élite saudí lo sabe… sabe que el Islam puede tener los días contados si no hay una inmediata reforma social, primero en Saudi Arabia, que modernice de inmediato las costumbres árabes, los derechos de la mujer y -al menos- un sistema de gobierno que se parezca algo a la democracia y que ofrezca un mínimo abanico de libertades en la economía de libre mercado… Son los saudíes los que se han dado un plazo no más más largo de 14 años para adaptarse al mundo occidental (Visión Saudí para 2030) y sobre todo para ser el único polo de referencia musulmana a nivel global…

Eso los coloca, evidentemente, como el enemigo más grande de la nación persa… Porque la modernidad implica, entre otros asuntos, la liberación sexual, económica y política de las mujeres… El desesperado, arcaico y retrógrado musulmán sigue insistiendo en que la mitad de la población mundial son esclavas de los hombres… un combate solitario de machistas medievales que han perdido, totalmente, la esperanza… Ninguna Iglesia poderosa se atreve a tanto porque no es bueno para los negocios, y tampoco para la gobernanza mundial el que existan gobiernos moralizantes o dominantes. Incluso los chinos han comprendido que el capitalismo solo funciona con la liberalización cultural.

La decadencia y cuesta abajo del Islam ni siquiera es “detectada” por el gobierno iraní que, entre sus muchas fantasías geopolíticas, cree tener como aliados a una Rusia que trabaja por su cuenta y que va a lo suyo en cada negocio que le interesa, como es el de Siria para mantener un puerto marítimo en el Mediterráneo o el de vender armamentos a quién sea siempre que pague por adelantado, sean chinos o iraníes… No le preocupa al capitalismo moscovita si el que le compra aviones o cohetes es enemigo de Europa o de Estados Unidos… No es nada personal, son solo negocios… Esas fantasías del Islam persa les impedirá descubrir que tanto Beijing como Moscú están muy interesados en eliminar el “arco chiíta” del mapa de Oriente Medio… Teherán es demasiado desestabilizador para estas dos potencias y a la élite rusa y a la nomenclatura china les quedan, aún, muchos musulmanes por matar...

Pero aunque ustedes no lo crean, el moro no preocupa en absoluto a las fuerzas armadas occidentales. Se puede vivir con ese problema moro cuando hay otro mayor. Exterminar moros asesinos es algo que Occidente sabe hacer… Igual de bien que lo hace Rusia o China… El asunto se agudiza y se agrava cuando alguien, en el Estado Mayor de la OTAN, puede sugerir quitar de en medio a los persas para que no molesten en la verdadera guerra que se avecina… Solucionar, de una vez, el problema del terrorismo musulmán… Para hacerlo rápido, solo es posible utilizando artefactos nucleares… Esa es la nueva doctrina secreta...

Vienen tiempos de pelea a muerte en medio mundo. Tiempos para el empleo de la fuerza militar y la Unión Europea le tendrá que demostrar a Estados Unidos que sabe hacer algo más que esta surrealista pantomima sobre el amor al prójimo musulmán en tiempos de graves conflictos. Alemania y Bruselas no tendrán más remedio que tomar las armas para defenderse de un enemigo que puede desintegrar Europa en cinco minutos...

Una de las teorías más llamativas y relevantes del politólogo estadounidense, Robert Kagan, es su tesis sobre los Dos Occidentes… Según el brillante y ocurrente político neoconservador el mundo occidental está dividido en dos sectores bien distintos y notablemente diferenciados: un Occidente débil representado por la Europa hedonista y amanerada, demasiado apegada a valores tradicionales como la tolerancia, ese concepto que curiosamente no sabe manejar y tampoco sabe explicar, una tolerancia que no solo le ha traído a la Unión Europea gravísimos problemas sino que está a punto de desintegrarla por culpa de la canciller alemana Angela Merkel…

Una pobre estúpida a la que los empresarios alemanes han explicado, una y otra vez, que millones de moros sin formación alguna y sin conocer el idioma alemán no pueden incorporarse al tejido productivo ni enriquecer la economía alemana… Creer eso es tan estúpido como pensar que una canciller puede suplantar a la locomotora alemana con un millón de burros tirando de los vagones… Pero así es esta señora, así es la cosa… Estos son los políticos europeos… La corrupción política es tan grande que la bella idea de unos Estados Unidos de Europa ha sido pisoteada por una patética posmoderna bajo el efecto de la cerveza de barril y el delirio gourmet de una gigante salchicha de Frankfurt… Esa Alemania y esa señora son el Occidente ridículo, débil y decadente...

Deberían recordar, todos estos posmodernos europeos de pacotilla, aquellas palabras del Primer Ministro de la República Popular de China, Zhou Enlai, sacando pecho, presumía y bromeaba cuando se reunía con el viejo Secretario de Estado norteamericano enviado por Richar Nixon y decía: “El mundo temblará cuando se entere de que Estados unidos y China se han reunido para negociar.”... La respuesta hoy es la de ese viejo secretario, Henry Kissinger que, ante la extrema gravedad de lo que se avecina, dice que ha llegado la hora de hablar seriamente, no para que el mundo tiemble por temor a los chinos, sino para levantarlo y enriquecerlo entre China y Estados Unidos...

Esa tesis de los Dos Occidentes describe, perfectamente a esa Unión Europea débil que podría ser desintegrada hasta por la turba mahometana...

Pero hay otro Occidente fuerte representado por Estados Unidos, esa gran república norteamericana en la que reside la esperanza del mundo civilizado. La única fuerza militar y moral capaz de hacer frente a los asesinos del Islam y sabrá, al mismo tiempo, afrontar a una China que se ha convertido en un gran peligro capaz de encender la Tercera Guerra Mundial...



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