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Alfonso M. Becker: Ahora toca enseñar las cartas, señor Putin

Por Alfonso M. Becker
jueves 26 de noviembre de 2015, 20:54h
El derribo del cazabombardero ruso SU-24 en la frontera turco-siria, el martes 24 de noviembre, por parte de aviones F-16 de la Fuerza Aérea de Ankara, no es el primer aviso que los turcos le hacen a Vladímir Putin, pues el mes pasado ya fue derribado un drone ruso de los muchos que Moscú ha desplegado para la recogida de información sobre el tablero de guerra sirio.

El problema que tiene ahora el presidente ruso es aceptar -o no- que la intervención del Kremlin en Siria, por su cuenta y riesgo, le traerá muchos más problemas de los que ya le advirtió Washington.

Si al principio, la Casa Blanca y Bruselas no vieron mal una guerra de ataque y desgaste contra los moros del califato por parte del contingente ruso, sí es verdad que se sintieron decepcionados cuando Moscú no solo bombardeaba a las huestes del Estado Islámico sino a todos los grupos sin excepción que combatían a Bashar Al-Assad, incluyendo a pueblos y poblaciones turcomanas entrenadas por Occidente y por las que Turquía no iba a mirar para otro lado ni iba a tolerar que continuara ocurriendo. La tensión está servida en todas las alertas.

Las fuentes de inteligencia occidentales indican que los dos pilotos lograron eyectarse pero uno de ello fue acribillado desde tierra mientras bajaba en paracaídas y se presume muerto... y el otro fue apresado al llegar a tierra. Los tiradores eran turcomanos pero hay que diferenciar que hay unos turcomanos como la brigada 10ª del ejército sirio de Turkmenistán que son pro-occidentales del grupo rebelde Alwiya al-Ashar, sin embargo, hay otros turcomanos que son de la rama de Al Qaeda que buscan venganza porque son de la ciudad de Raqqa, arrasada por los rusos y atacada de nuevo por Francia.

Fuentes libanesas indican que un comando sirio del ejército de Assad, ha logrado liberar a uno de los pilotos rusos y ponerlo a salvo en Latakia. No ha sido todavía confirmado por Moscú... La confusión y las acusaciones estarán a la orden del día. Todas las precipitaciones y la tensión han llevado al desastre ocurrido.

A pesar de que -de cara a la galería- la OTAN apoya a Turquía como miembro importante de su flanco oriental, todas las explicaciones telefónicas a Putin, por parte de los mandos atlánticos, han sido para aclararle que Turquía la ha "cagado" por su cuenta... Moscú y Ankara tendrán que afrontar ahora que ambos se han equivocado en los procedimientos.

La OTAN no se lava las manos pero su portavoz ya le ha indicado al Kremlin que la aventura en solitario de Vladímir Putin ni es la mejor opción ni tiene los compañeros de viaje adecuados... Pero si hay algo que Rusia todavía no ha aprendido en sus relaciones con el aparato militar occidental es que los mecanismos de colaboración en una zona de guerra no pueden ser tan pobres en coordinación, tan apresurados e implementados a la ligera, y sin la formación adecuada para los pilotos y centros de mando en lo que respecta a comunicaciones que no sean en inglés...

Dicen en Washington y Bruselas que esto le pasa a Moscú por "jugar" a la supuesta confrontación Este-Oeste y considerar la guerra en Oriente Medio como un "espectáculo" más del bodrio de guerra fría ideada por los magos del Kremlin para las estrategias de gobernanza global. Este desastre no prueba otra cosa más clara que el tremendo error de tomar decisiones a la ligera sin haber implementado una coalición internacional "única" para acabar con el califato. O quizás Rusia ya ha elegido la suya...

Ese problema que tiene ahora la diplomacia rusa de aceptar una coalición -o no- es entender que Turquía no es solo un miembro de la OTAN que también -por su cuenta- le dispara a todo avión que intente traspasar su espacio aéreo sin atender diez advertencias, más cerca o más lejos, de los centenares de metros que pueden ofrecer la imágenes indiscutibles de un radar en una zona de guerra...

Tan indiscutibles son ahora los radares de la OTAN como los del centro de comando ruso de Latakia... Dos que dicen tener razón. Washington no se fía de Moscú porque está jugando a dos bandas... Si Moscú ignora, en su estrategia en Siria, que hay una población turca y desprecia -además- a un Kurdistán que nace, se refuerza, es aceptado por la comunidad internacional y es también la "gran solución" para el futuro de su problema doméstico con los kurdos de Turquía, se colocará en una "trinchera" poco adecuada para su aventura militar en solitario; tan peligrosa y poco favorable para sus intereses como proteger a Bashar Al-Assad y favorecer su continuidad en la futura Siria. Una estrategia tan compleja y peligrosa como jugar a una alianza con Teherán y reforzar moralmente al grupo terrorista de Hezbollah...

Los tres puntos de una discusión geopolítica que nunca aceptarán ni la Unión Europea ni los Estados Unidos. Vladímir Putin tendrá que elegir y deberá hacerlo pronto porque los planes para Siria, en este estadio caótico, son otros y Francia ya ha puesto sus cartas sobre la mesa. La guerra secreta de inteligencia es sumamente peligrosa. Moscú lo ha comprobado demasiado tarde para proteger la vida de sus pilotos y de los muchos que pueden caer porque la zona de caída de aterrizaje de los infortunados paracaidistas era de turcomanos de Al Qaeda que no tuvieron reparo alguno en atacar los helicópteros de rescate, destruirlos y matar a uno de los marines rusos rescatadores.

Un auténtico desastre que a Vladímir Putin le costará explicar a los suyos que ya comienzan a ver esta guerra civil como un nuevo Afganistán emprendido por la cúpula militar de pensamiento soviético "imperial" que empobrecerá más y más a los ciudadanos rusos... Desde hace cuatro años esta guerra es secreta por muchos bombazos y acciones militares o de terrorismo que usted vea. La verdadera guerra de todo Oriente Medio se desarrolla detrás de una inmensa cortina de humo que impide a la mayor parte de los analistas el hacer apreciaciones o pronósticos acertados. Si Washington no se fía de Moscú porque va por su cuenta y riesgo, el Kremlin tampoco se fía de la Casa Blanca...

O quizás Vladímir Putin está interpretando el "rol" geopolítico más impresionante que se ha hecho nunca en un teatro de operaciones militares... Ampliación de la OTAN y último toque de atención para el Kremlin... Desde hace 20 años, la cúpula militar rusa viene declarando que los Estados Unidos solo pretenden "cercar" y "encerrar" a Rusia con un descarado avance de la OTAN en el continente euroasiático... Como dicen en Washington, no van muy descaminados si su pensamiento es un nuevo imperialismo que les permita recuperar la Europa central y los nuevos "balcanes" caucásicos que han decidido, libremente y con independencia, a los ojos de la comunidad internacional, buscar refugio en la OTAN para librarse del espantoso yugo soviético y para no caer ahora bajo las botas militares de una nueva Rusia a la que temen y desprecian por completo...

Los países bálticos, Polonia y Ucrania no solo desprecian a una Rusia que sigue sin reconocer su conquista de la libertad sino que piden a gritos la protección de la OTAN y la necesidad de rearmarse hasta los dientes para no caer nunca más bajo ese yugo soviético que ahora tiene "¿otras banderas y estandartes democráticos?"... No solo quieren ser Estados europeos, sino que quieren ser la vanguardia militar de la democracia en las mismas narices del Kremlin. El gobierno de Varsovia ya lo es...

Esto no tiene otro significado: Quiera o no quiera Rusia, su imperio comunista se ha acabado y la OTAN se extenderá también por el Cáucaso. Desde hace dos décadas, Estados Unidos y una imparable Unión Europea, han "invitado" a Rusia a formar parte de esa OTAN como socio preferencial y privilegiado, han financiado a la Rusia de Putin y la han dejado acceder a sus mercados...

Son veinte años esperando a una Rusia de Vladímir Putin que da una de cal y otra de arena... Da la impresión de que la élite rusa, capitaneada hoy por Vladímir Putin, se niega a ser lo que realmente es: una nación importante, muy importante, y querida por los europeos, pero no un imperio que pueda imponerse ni exigir a Occidente que abandone su presencia y la defensa de sus intereses en el "Heartland" euroasiático. Estados Unidos no va a permitir que otros actores monopolicen el mítico territorio de la disputa global... La unión Europea tampoco.

A la élite de Moscú le corresponde elegir si es "socio" o "contrincante" en el juego geopolítico donde solo caben los grandes actores... Merkel, Hollande y Barack Obama no han dejado de preguntarse durante 20 años si el Kremlin no se aclara o quizás lo tiene muy claro y ya ha decidido, también por su cuenta... La cuestión de Ucrania, como puede comprender cualquier analista, es de capital importancia. Se le dejó a Putin una victoria para su "galería" con la anexión de Crimea a cambio de dejar en paz a Kiev y colaborar en la solución del Dombás... Se le hizo la vista gorda para que mostrara su "músculo" en Siria y así pudiera recuperar la operatividad de su base naval en Tartus y conformar otra nueva base aérea en Latakia...

Pero Occidente tiene otros planes, y en esos planes cuenta con Rusia como socio. De momento... Porque si el presidente ruso no colabora como socio puede perder Crimea porque es una anexión ilegal y una declaración de guerra a Ucrania. Y lo que es peor de todo: Siria puede convertirse en el cementerio de todos los sueños imperiales de la nueva Rusia... La peor de las pesadillas para el pueblo ruso. El nuevo mapa de Oriente medio no es el que Vladímir Putin tiene en la cabeza... El trabajo de Putin es "clandestino" y de inteligencia militar o es la peor estrategia intervencionista de Moscú en Oriente Medio en toda su historia. La más nefasta de un político que se supone inteligente y que puede condenar a Rusia al ostracismo como nación. Abandonada a su suerte por sus socios occidentales y expuesta al peligro de muchos enemigos en la peor versión de mundo violento desde la Segunda Guerra Mundial. Decía John R. Bolton, hace un par de días, en The New York Times, que la gravedad de lo que está ocurriendo hoy en Siria solo puede ser explicado por la incompetencia de toda la comunidad internacional para detener, de una vez, esta locura musulmana de Yihad Global contra Occidente en la que parece que nadie quiere ver el fervor guerrero de Teherán por controlar y dominar el Oriente Medio. Da a entender en su artículo que estos cuatro últimos años han sido una pérdida de tiempo y una gran pérdida en vidas humanas. El diplomático estadounidense que fue representante permanente de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, sugería que era el momento adecuado para una actuación urgente de Francia y de todos los aliados que se sumen en un trabajo contundente, político y militar, que comprendiera una nación kurda en el norte de Siria y hasta el Oeste de Irak y otra suní que comprendiera la mayor parte de Siria y medio territorio iraquí, dejando el otro medio Irak para los chiíes, pegada o adherida a las fronteras de Teherán. Un "alawistan" en la costa mediterránea que es donde están los rusos y un Jabal al-Druze que colocara al pueblo druso al sur junto a las frontera de Israel y Jordania... Si se hace esto con urgencia, se acaban las "carnicerías" , se acaba con la pesadilla yihadista, se acaba con los terroristas de Hezbollah y se acabará con sueño expansionista de Teherán en Oriente Medio... Ese mapa de Robin Wright de 2013 es ya la única alternativa para pacificar el mundo árabe y contentar a todos menos a los ayatolas de Teherán que solo podrán mirar hacia el norte (Caspio y Cáucaso) con el agravante de que su expansionismo se encuentre, violentamente, con los de Rusia... Un nuevo orden wilsoniano que tranquilizará a Saudí Arabia, Turquía, Jordania, monarquías del Golfo y hasta al propio Egipto. El texto también sugiere que sin el apoyo de los grupos y Estados terrorista musulmanes, el terrorismo palestino desaparecería y se podría implementar la solución de dos estados en el conflicto israelo-palestino... François Hollande se encontrará en Moscú con Vladímir Putin en una semana. Lleva el mensaje de Washington que explica, claramente, que el "mapa" del Kremlin sobre Oriente Medio no le interesa a Occidente, como tampoco le interesa un Bashar Al-Assad en el poder, ni la propuesta rusa de una coalición para los planes de Moscú... El presidente de Francia le recordará, por última vez, a Vladímir Putin que ha llegado la hora de enseñar las cartas y mostrar su jugada... Para que no ocurran otros malentendidos, para que no se derriben más aviones de supuestos amigos...

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