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Francisco le da una hostia a Raúl Castro y estrangula a Fidel...

Por Alfonso M. Becker
lunes 12 de octubre de 2015, 15:04h
Cientos de noticias de agencias atascan mi computadora... Y tengo que escribir un artículo sobre la visita del Papa Francisco a Cuba. Con este lío tan tremendo de notas, el Papa se va de visita pastoral a Ucrania y yo sin el artículo... Pero aquí estoy reflexionando sobre la política cubana y el sentimiento religioso de los humanos...

Esto de mezclar la política con la religión es sumamente peligroso. Mucho más ahora, en estos tiempos en los que la verdadera “doctrina” política se hace en los oscuros pasillos de las cancillerías.

No vaya a ser que los ciudadanos se enteren, y descubran todas las teorías del Estado, sus argucias, maquinaciones y sus mentiras y se entreguen a la maquiavélica y pecaminosa tarea de convertir la paz y el sosiego necesarios para la gobernanza, en una manifestación orgiástica a lo Sodoma socialista, y Gomorra comunista...

Al contrario que la doctrina política y sus secretismos palaciegos, la doctrina católica se enseña abierta y libremente en las calles, en los hogares y en las iglesias cubanas... ¿Pero desde cuándo?, ¿Desde cuándo hay libertad de culto en Cuba? No podemos olvidar que el comunismo era ateo hasta que la maldición de todos los infiernos despojó del suelo que pisaban a todos los malditos pecadores soviéticos y se quedaron sin la URSS...

Si Donald Trump supiera, de verdad, cómo somos los hispanos, cómo maquina nuestra intelectualidad, no le quedarían pelotas republicanas para meterse con ninguno de nosotros... Sobre el respeto y la libertad de culto, hasta Washington tuvo que reconocer que no había antisemitismo en Cuba y que las autoridades del Gobierno de los barbudos comunistas estaban a favor de la total y completa libertad de religión de la gente. Notablemente listos los hermanos Castro...

No sé si es la tostada con aceite que me estoy comiendo o la copa de Oporto que estoy degustando para orientarme en esto de escribir artículos... pero en cualquier caso, el Servicio Secreto del Vaticano estará conmigo en que ambos alimentos, aún no estando consagrados, podrían ser la inspiración eucarística que acerca a todos los artistas de la literatura a la transustanciación... Esa privilegiada ilustración, o sacudida sobrenatural, que Dios transmite a las criaturas escritoras... esa sensación telúrica que te permite golpear el tablero alfanumérico como un autómata mientras sigues atentamente las jugadas del Real Madrid en el televisor sin que ello suponga obstáculo alguno para conformar un celestial artículo periodístico con todas las verdades de fe, profesadas por los católicos cubanos. Esto ocurre porque el Real Madrid es también de Dios, está en gracia de Dios.

Cinco goles por partido... Piensen ustedes que si no... Cristiano Ronaldo se llamaría Musulmán Ronaldo o Budista Ronaldo... Tampoco debemos olvidar la mano de Dios que tiene Maradona. Pero sobre todo nadie debería ignorar que el Papa ha acojonado, literalmente, a los Castro al darse cuenta, ambos, de que la CIA era una puñetera banda de aficionados comparados con Francisco, que ha invadido hoy la isla de Cuba para mostrar a los cubanos el camino de la salvación neoliberal. Voy a revelarles que unas de las mariconadas más grandes entre los españoles es nuestro profundo aprecio y amor por Cuba...

Lo llamamos mariconada porque es un signo de blandenguería impropio del Cuerpo de Marines... No olviden que Cuba era nuestra hasta que llegaron los gringos y nos la robaron... Era nuestra perla de Caribe. La perla más bonita... Cientos de canciones en nuestra cabeza y un rincón en el corazón... Un corazón tan grande como para que quepa la isla entera...

Claro que estoy inspirado. Cómo no voy a estarlo... Otro sorbito de Oporto... Como les decía, esta cosa que sienten los escritores que se expresan en Lengua Española, sobre todo los genios de miamidiario, no solo ocurre por la cercanía, la íntima cercanía de Cuba a nuestra alma occipital que es el centro de nuestro núcleo visual de la percepción. Ocurre que el sentido y la sensibilidad nos arrastra hacia la identificación artística de las palabras y nos invade ese sentir de los artistas... ese estímulo eficaz que te hace producir literatura, espontáneamente y sin esfuerzo aunque Dios te ordene que le escribas un soneto a la tapadera del retrete para pillarte desprevenido y mandarte al infierno.

Porque el alma occipital de los hispanos se involucra siempre en todos los procesos creativos de la mirada... Dominamos el espacio visual, escrutamos las figuras y discriminamos todos los colores que la madre naturaleza nos ofrece. Cuando miramos Cuba, lo hacemos con la parsimonia del que se fuma un canuto de marijuana y contempla extasiado, con ojitos sensiblones, toda la grandeza de una idílica isla que nos seduce para que nunca, nunca, nunca, olvidemos que hay que volver a Ítaca...

Al contrario que los falsos comunistas cubanos que todo lo ven negro, los españoles somos la esencia del anarquismo como máxima expresión del orden... Nuestra paleta natural de colores nos aleja, a gran distancia, de las patológicas y retorcidas ilusiones visuales del socialismo del siglo veinticuatro y de chorradas manipuladoras por el estilo... Comprendemos las cosas en su exacta medida y ningún Fidel y ningún Raúl, podría atreverse nunca a dictarnos la vida porque nos los cargaríamos de inmediato.

No es que tengamos más huevos que nadie... es que estamos hechos para la anarquía literaria. Escribimos como nos da la gana. Somos así de creativos con la violencia. Es nuestra coloración normal. Si Latinoamérica tiene la ceguera de la palabra para identificar y señalar a los tiranos... nos importa un carajo, pero nos da un poco de pena al pensar lo bajo que han caído soportando a toda esta mierda de Chavez, Maduro, Evito, Correa y la madre que los parió a todos... Una aberrante pandilla de “Mengueles” bolivarianos experimentando con la esclavización del pueblo latinoamericano. Con la “invasión” de la isla cubana, capitaneada por el Papa Francisco, se podría decir que el desembarco en Playa Girón se queda en una insignificante picadura de mosquito de Florida comparado con su visita. Dicen las malas lenguas que además de los grandiosos actos para el recibimiento, de todos los fuegos de artificio, habrá unos encuentros privados como corresponde a una visita de Estado y a todo el secretismo que conlleva la diplomacia vaticana para un evento de tanta importancia geopolítica.

Dicen que los hermanos Castro, como jesuítas que son, han pedido comulgar... También circula el rumor de que los servicios secretos del Vaticano han enviado un emisario a Caracas... concretamente a un obispo descarriado de la Teología de la Liberación, encargado de acercarse sigilosamente a Nicolás Maduro, rociarlo como si estuviera echando una bendición, y abrirle la cabeza golpeándolo con el hisopo...

Dios Santo, qué grande es Francisco... Duro con ellos, Santidad, que estos hermanos Castro la tienen más dura que el cemento armado. Ahora que padecen una cierta edad que los sitúan en los oscuros senderos de tránsito hacia la conversión en polvo, se han pasado al orden capitalista y quiere entrar en el cielo por la cara. Con esa cara de concreto que tienen los dictadores reconvertidos en brokers de Wall Street... Desde luego, si San Cirilo de Jerusalem, Doctor de la Iglesia, se encontrara, cara a cara, con estos dos sujetos de la nomenklatura caribeña comunista, con estos dos monstruos de la política mundial, con estos mandatarios que forman parte de la Historia no solo de Cuba sino del planeta entero, con estos dos malvados que colocaron misiles nucleares apuntando a la cabeza de John Fitzgerald Kennedy, baluarte de la democracia y de la libertad -que en paz descanse- les daba una hostia a cada uno que les quitaba la cara... Y creo, además, que a Fidel lo estrangulaba... No les de cuartel, Santidad... ¡Ni un centímetro del Cielo! ¡Que se jodan!... Amén...

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