Angélica Moreno, una mujer muy exitosa y de carácter humilde
Ana Angélica Moreno ha sido una mujer muy exitosa. Es descendiente de la familia Moreno Portalatin, quienes bajo la dirección de Don Alfonso Moreno Martínez –su padre- fueron los fundadores de una de las empresas más prestigiosas del país: Helados Bon.
Para esta emprendedora la familia es lo más importante. De su madre aprendió la humildad y el amor, porque siempre apoyaba sus iniciativas; mientras que de su padre, aprendió a soñar, a pensar más allá y a amar el país y el medio ambiente. De ahí que forjó un carácter admirable por quienes le conocen.
Estudió Relaciones Públicas en España y al llegar al país puso todos sus conocimientos en marcha en pro de aportar a la visión empresarial de la familia y de contribuir con un granito de arena a la sociedad dominicana.
“Desde el departamento de Relaciones Públicas, en los años 80, hacíamos planes y se cumplían, y aunque no siempre en su totalidad, teníamos un norte: realizar una labor que se iniciara de adentro hacia afuera, siempre pensando en la sostenibilidad de nuestro país y el compromiso social”, confesó.
Ana Angélica nos cuenta que desde los inicios de Helados BON, el principal objetivo de la familia era tener una empresa que fuera una gran fuente de empleo y también que sirviera como fuente de inspiración para que se crearan oportunidades para forjar nuevos empresarios. De ahí que nació la política de asignar franquicias a empleados valiosos de BON para apoyarles en su crecimiento.
“Para nosotros darse o entregarse, más que palabras, son un proyecto en el que trabajamos para apoyar a quienes tienen la visión de crear franquicias que sean sostenibles en el tiempo y no necesite siempre de ayuda externa. Ver personas exitosas que fueron apoyadas por Bon, montañas recuperadas, campesinos prósperos e ilusionados empresarios contentos con su franquicia es lo que nos motiva y en lo que nos gusta involucrarnos”, confesó.
Además de el papel desempeñado en la empresa familiar, ha sido parte de varios grupos de apoyo comunitario, como es el caso de la fundación El Arte de Vivir, que realiza obras sociales en el país en procura de lograr una población más equilibrada y armoniosa. Igualmente, tuvo un rol muy importante en las Olimpiadas Especiales, liderando en una ocasión y dando seguimiento siempre a sus “queridos hijos”, como suele llamarles a los participantes que ha apoyado.
A la juventud, le aconseja que se dediquen a buscar en su interior, a conocerse y a aprender a ponerse en el los zapatos de cada quien, pues aunque errar es de humanos, los errores que se comenten son por falta de amor y desconocimiento.
“Leer, ejercitarse, respirar y comer conscientemente es importante para vivir una vida plena. Esos son parte de los ingredientes necesarios para conocernos y así estar alertas para disfrutar las cosas bellas que nos suceden y poder aceptar con paciencia y fe los golpes que la vida nos pueda ocasionar”.
