A medida que se multiplican los desastres que impactan a la región Caribe cada año debemos preguntarnos ¿cómo podemos reducir las pérdidas y los daños que causan anualmente los desastres que nos impactan? Desde el proyecto Ponte Alerta Caribe entendemos que la respuesta debe de ser apostando por la preparación, en particular la preparación común a amenazas comunes. Así, desde el 2018 el proyecto ha trabajado en República Dominicana y Cuba para fortalecer las capacidades de manejo de información de riesgo y coordinación dentro de los Sistemas Nacionales de Gestión de riesgo y de la región Caribe.
En primer lugar, se trabajado para mejorar la comunicación entre niveles: garantizar que la información del riesgo pueda llegar desde las comunidades hasta las autoridades pertinentes y viceversa. Para ello, en República Dominicana se ha trabajado en la creación y la capacitación de las Redes Comunitarias de Prevención, Mitigación y Respuesta que son la primeria de línea de respuesta ante cualquier emergencia. Se han fortalecido también las capacidades del Sistema Integrado Nacional de Información (SINI), garantizando que el mismo cuente con manuales para la evaluación geoespacial de riesgos, teniendo un mejor entendimiento del riesgo. Además, creando vínculos entre el SINI y el Sistema Caribeño de Información de Riesgos (CRIS, por sus siglas en inglés) se ha facilitado la coordinación regional para garantizar respuestas más oportunas.
En Cuba, este fortalecimiento se ha llevado a través del establecimiento de un Sistema de Alerta Temprana (SAT) Tsunami que permita a los ciudadanos estar mejor y más informados ante el riesgo tsunami. Desde el diseño de un SAT comunitario en Baracoa que establece las rutas de evacuación hasta el intercambio regional de técnicos especialista en riesgo sísmico y de tsunami para el intercambio de información, pasando por la instalación de mareógrafos en la zona Oriental del país, se ha trabajado hacia un mayor entendimiento del riesgo tsunami y un mejor manejo de información entre niveles.
En segundo lugar, se ha trabajado para mejorar la comunicación y la coordinación entre actores. Esto se ha hecho promoviendo la participación de los Sistemas Nacionales de Gestión de Riesgos de ambos países en los espacios regionales de coordinación para la prevención de riesgos, como lo fueron la Plataforma Global para la reducción de riesgos de desastres en Cancún en 2017, la Plataforma Regional en Cartagena en junio 2018, el Intercambio Regional de Buenas prácticas en gestión de riesgos en Juan Dolio en abril 2018 o el X Congreso Internacional para la reducción de riesgos en Cuba en julio 2018. También, se han generado intercambios binacionales para compartir practicas exitosas de gestión de riesgos, como lo son los albergues desmontables, experiencia dominicana que permite tener espacios seguros a los que pueda acudir la población que cumplan con todas las normas de protección en emergencia, o los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo Sequía, metodología cubana que permite entender y medir el riesgo sequía para diseñar mejores políticas de prevención y preparación ante la misma.
Así, estos dos años hemos trabajo para armonizar metodologías y conceptos de gestión de riesgos, asegurando un enfoque compartido ante desastres y facilitando esfuerzos de coordinación, lo que permite agilizar las acciones de respuesta y velar por el respeto de los derechos de todas las personas en momentos de emergencia. Apostar por la gestión de riesgos es salvar vidas.
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