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Rodrigo de Bastidas

Por Antonio Sánchez Hernández
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antonioasanchezhgmailcom/16/16/22
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miércoles 10 de enero de 2018, 12:51h

En mi concepción literaria, la historia es y puede ser ficción, y puede transformarse en literatura. Vengo de las ciencias sociales: Yo estudié economía, sociología y educación. Con esas tres bases distintas, me conecté con la historia del mundo. Y comprendí que si escribía literatura podía utilizar múltiples conocimientos fichados, que en estas tres áreas, acumulé en las aulas universitarias del país dominicano durante treinta años de ejercicio. : “la literatura es un refugio, un lugar donde todo puede ocurrir, donde se puede reaccionar con violencia y sublimidad, donde es bueno sentir melancolía o temor, o incluso fracasar, o equivocarse, o amar a alguien, o desear algo profundamente, y no llamarlo por otro nombre, no sentir vergüenza por ello. Es un lugar para sentir profundamente… Lo dice Toni Morrison, escritora norteamericana.

Tuve la dicha y la suerte de vivir como testigo, el deshielo de Moscú en 1963 y el París de Mayo de 1968, expresándose en las calles: Moscú con el primero de sus deshielos de su sociedad autoritaria y París con su enorme e inacabable libertad de espíritu, con la consigna de que se prohíbe prohibir, serían antecedentes importantes, para incursionar más tarde en literatura histórica.

Total, que en el fondo de mi espíritu, seguía siendo un dominicano viajero que quería lo mejor para cinco de sus universidades, a las que dediqué 30 años de ejercicio intelectual y ético como escritor, como docente, administrador e investigador. Por esa actitud soy ahora miembro titular de la Academia de Ciencias desde el año 2000. Y aquí, en este recinto, intelectual y académico, pondría en circulación este nuevo libro: Relatos de Rodrigo de Bastidas, publicado por el Archivo General de la Nación, Volumen LV, en el 2008.

¿Por qué escribí este libro Relatos de Rodrigo de Bastidas? Primero porque ya en el 2004, conocía la genealogía de esta familia andaluza, desde el año 1500 al año 2000. Pensé: ¿Es posible inyectarle ficción al árbol genealógico de Rodrigo de Bastidas? Lo hice en estos Relatos. En segundo lugar, en mis caminos por los largos vericuetos de la economía, la sociología y la educación, siempre me topetaba de frente con la historia misma. Mis archivos estaban llenos de fichas históricas, y se estaban poniendo amarillas por el paso del tiempo. Me pregunté nuevamente: ¿Es posible inyectarle ficción, una vez más a la historia? Ya lo había hecho en Los cuentos del Abuelo Lisandro publicado en el año 2005. Hacerlo con los Relatos de Rodrigo de Bastidas en el 2008, era menos difícil, ya que contaba con esa experiencia previa.

Se sabe que no hay unanimidad sobre la fecha de nacimiento de Rodrigo de Bastidas. Hay varias versiones sobre el tema. De acuerdo a Wikipedia, nuestro personaje nació en 1445 y también en 1468. Otra Versión colombiana, dada por la Biblioteca Virtual Luis Ángel Arango, nos dice que Don Rodrigo nació en 1460. Al igual que Fray Cipriano de Utrera que nos ilustra con la misma fecha. En otras dos fuentes, la fecha de nacimiento aparece en blanco, una de las cuales es la prestigiosa Enciclopedia GER. Y otra es de Julio González, destacado genealogista dominicano.

Rodrigo de Bastidas habría nacido en 1445 y murió en 1527. Habría acompañado a Cristóbal Colón en el Descubrimiento de América, según fuentes españolas, en 1493. El 5 de junio del año 1500, a Bastidas se le concedió licencia para descubrir islas o tierras no visitadas por Colón u otros navegantes, así como tierras no pertenecientes a los lusitanos, desde las costas del Cabo de la Vela en Coquibacoa. En 1501 zarpó del puerto de Cádiz en dos naves: San Antón y Santa María de Gracia, más un bergantín y un chinchorro.

En ese viaje lo acompañarían Juan de la Cosa y Vasco Núñez de Balboa. Descubrió las costas de Colombia y las bahías de Santa Marta, Cartagena y Cisputá, llegó a las costas panameñas después de haber recorrido el litoral venezolano y descubierto el río Magdalena y el Golfo de Urabá, continuó con su tarea exploradora y descubrió el istmo de Panamá, recorrió los puertos de Retrete y Nombre de Dios. ¡Era tremendo marinero!

Nos cuenta Camila Henríquez Ureña:”Toda novela es narración de aventuras. Lo es la historia. Lo es, en el fondo, toda obra literaria”. Lo es como lugar de la aventura, como espacio y tiempo de la misma. Lo es como toda obra literaria que contenga un hermoso ejercicio de ficción, con un narrador, un tiempo, un espacio y un nivel de realidad, nos cuenta a su vez Mario Vargas Llosa. ¿Por qué no? Y por ese camino, pretendo pensar que la vida de este hombre llamado Don Rodrigo de Bastidas puede ser contada desde variados referentes históricos y literarios, como un largo relato.

Es posible un largo relato novelado porque el propio personaje Rodrigo de Bastidas, contiene en sí mismo una alta dosis de ficción, es a la vez realidad y ficción. La vida es sueño…se sabe desde tiempos inmemoriales. Unos sueñan más, otros menos, pero todos hemos soñado despiertos y dormidos, desde que nacimos, en todos los siglos. Y también se sabe que el ser humano sueña mucho más despierto que dormido.

Primero porque el tiempo no cuenta, nos dice con claridad Marguerite YOURCENAR, en pleno siglo XX en sus Memorias de Adriano, hablando sobre el siglo II. “El tiempo no cuenta. Siempre me sorprende que mis contemporáneos, que creen haber conquistado y transformado el espacio, ignoren que la distancia de los siglos puede reducirse a nuestro antojo”. Y para demostrarlo, hablando sobre el Imperio Romano nos dice lo siguiente: “Tratar de leer un texto del siglo II, bañarlo en esa agua madre que son los hechos contemporáneos, separar si es posible, todas las ideas, todos los sentimientos acumulados en estratos sucesivos entre aquellas gentes y nosotros. Servirse, no obstante, pero prudentemente, a título de estudios preparatorios, de las posibilidades de acercamiento o comprobación, de perspectivas nuevas elaboradas poco a poco por tantos siglos o acontecimientos que nos separan de ese texto, de ese suceso, de ese hombre. Utilizarlos en alguna manera como hitos en la ruta de regreso hacia un momento determinado en el tiempo. Deshacerse de las sombras que se llevan con uno mismo, impedir que el vaho de un aliento empañe la superficie del espejo; atender sólo a lo más duradero, a lo más esencial que hay en nosotros, en las emociones de los sentidos o en las operaciones del espíritu, como puntos de contacto con esos hombres que, como nosotros, comieron aceitunas, bebieron vino, se embadurnaron los dedos de miel, lucharon contra el viento despiadado y la lluvia enceguecedora y buscaron en el verano la sombra de un plátano y gozaron, pensaron, envejecieron y murieron.

Del siglo II al siglo XX en que fue escrito Memorias de Adriano por Doña Marguerite Yourcenar, pasaron 18 siglos. De la llegada de Don Rodrigo a esta isla, en los finales del siglo XV al siglo XX, solo han pasado cinco siglos. Y su descendencia, en esos cinco siglos, al igual que nosotros, en el siglo XX1, comieron aceitunas, bebieron vino, se embadurnaron los dedos de miel, lucharon contra el viento despiadado y la lluvia enceguecedora, y buscaron en el verano la sombra de un plátano, y gozaron, pensaron, envejecieron y murieron.

En este libro, Relatos de Rodrigo de Bastidas, en pleno siglo XX1, nos encontramos con la parte final del árbol genealógico de la familia Bastidas: Familias distinguidas de la sociedad dominicana. Empresarios, intelectuales, artistas, comerciantes, banqueros. Esas familias son, de acuerdo al genealogista Julio González las siguientes:

Familia Pérez Caro/ Fernández
Familia Xavier/Logroño de Mieses
Familia Machado/Brito
Familia Logroño/ Lenderborgn
Familia Machado/Peralta
Familia Machado/Echevarría
Familia Logroño/López
Familia Soler/Logroño
Familia Báez/Machado
Familia Cassá/Logroño
Familia Cassá/Bernaldo de Quiroz
Familia Logroño/Soler
Familia Dimas/Pichardo
Familia Machado/Vidal
Familia López/Penha
Familia Báez/Soler
Familia Guerra/Cassá
Familia Pichardo/Sardá
Familia Logroño/Batlle
Familia Cambiaso/Martínez
Familia Peynado/Soler
Familia Machado/Vicioso
Familia Machado/Gimbernard
Familia Pellerano/Báez
Familia Báez/Romano
Familia Hernández/Machado
Familia Pou/Guerra
Familia Ferrer/Guerra
Familia Logroño/Fiallo
Familia Logroño/Brache
Familia Cambiaso/Redondo
Familia Peynado/Garrigoza
Familia Ricart/Machado
Familia Machado/Marranzini
Familia Thomas/Pellerano
Familia Duluc/Cambiaso
Familia Báez/Figueroa
Familia Cambiaso/Escalante
Familia Machado/Gómez

Son familias que influyen notablemente en la sociedad dominicana actual, en pleno siglo XX1, lo que demuestra que la simiente española de Don Rodrigo de Bastidas ha sido sembrada generosamente en R.D. y con ella sus raíces, en esta hermosa isla del Caribe desde hace cuatro siglos.












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