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Quinteto Ensamble Spirituosi reafirma su calidad musical

Por : Arismendy Vásquez

Por Arismendi Vásquez
domingo 01 de febrero de 2015, 00:38h
Cuando se presentó por primera vez en nuestro país, en julio de 2014, el quinteto Ensamble Spirituosi, dejó fascinados a quienes colmaron la sala Máximo Avilés Blonda, debido a su calidad musical y su original formato: dos guitarras, una flauta, un cello y una voz lírica.
La noche del viernes, el quinteto reafirmó su alta categoría artística en el concierto ofrecido en la misma sala del Palacio de Bellas Artes, repleto como la vez anterior, a beneficio de la Fundación Nido para Ángeles. 

Radicado en Viena e integrado por las hermanas dominicanas Nathalie, Evelyn y Nicole Peña-Comas, así como el francés Damien Lancelle y el venezolano Jonathan Bolívar, este conjunto posee un variado repertorio de obras clásicas y populares, cuyos ricos y modernos arreglos le dan un sello original a sus interpretaciones. 

Si bien repitieron algunos temas presentados en el concierto anterior, el público los disfrutó de nuevo, respaldando cada interpretación con cerrados aplausos. El programa inició con Bachianas brasileiras No. 5, Aria (Cantilena), tema de H. Villalobos. A seguidas el guitarrista Lancelle, con su característico humor explicó los pormenores sobre el estreno de esa noche: Bach-ata, un arreglo de Juan Carlos Paniagua a un tema de Bach, adaptado al ritmo bachata, el cual fue bien recibido por los presentes. 

El concierto discurrió con buen ritmo, pese a las necesarias pausas para re-afinar las guitarras. La primera parte continuó con Danzas típicas dominicanas, de Julio Alberto Hernández; Gaitinblues, de J. Triana, Menino, de S. Assad; El día que me quieras, de Carlos Gardel y Toy contento, de Billo Frómeta. 

 Luego de una breve pausa, el segundo segmento inició con el hermoso tema Recuerdos de la Alhambra, de F. Tárrega, interpretado en forma impecable por los dos guitarristas. Continuó con María Canela, de H. Salinas; Soneto IV: Las Gracias de la que adora, de Gustavino, y el Hymne à l'amour, de M. Monnt, en sutil vocalización de la soprano Nathalie. 

La parte final fue brillante, con el clásico tema La flor de la canela, de I. Granda y Larco, vocalizado por Nathalie, con un impresionante arreglo de Gonzalo Marrique. A éste le siguió la inmortal Granada, del legendario Agustín Lara, finalizando con el merengue Dolorita, de nuestro F. Simó Damirón. 

La ovación del público puesto de pies, obligó al quinteto regresar al escenario, para cerrar la velada con la popular canción venezolana Alma Llanera, de Pedro Elías Gutiérrez y Rafael Bolívar Coronado. Nuestro reconocimiento a Mónika Despradel y Dunia De Windt por traer de nuevo al país este magnífico grupo. (Fotos: David Soto)
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