Santo Domingo-. El olor a humo, a descomposición quemada y a los químicos que se utilizan para apagar el fuego no solo ha arropado a quienes viven cerca del vertedero, sino también a todos los que vivimos en el Gran Santo Domingo, creando con esto una situación incómoda y preocupante, en especial en este tiempo de crisis sanitaria por la que atraviesa el país debido al COVID-19.
Reconocemos que desde el día uno, las autoridades están haciendo su mayor esfuerzo para remediar lo que sucede. Bomberos de distintas demarcaciones, alcaldes y los organismos pertinentes han estado trabajando día y noche para sofocar el incendio. De hecho, a la fecha, se dice que más del 80% del fuego ha sido sofocado y que se está analizando la forma de enfriar el subsuelo, que es donde aún se concentra el calor que reaviva las llamas.
Sin embargo, todo este trabajo y empeño no ha sido suficiente. Aun hoy, a 10 días de haber empezado lo que muchos consideran como “una de las peores catástrofes por la que atraviesa la capital dominicana”, seguimos luchando contra reloj para evitar que la ciudad continúe siendo afectada.
A pesar de la difícil de esta situación, siempre preferimos ver el lado positivo de las cosas, pues como como en otros momentos complicados, nos gusta apoyarnos del refrán que cita “No hay mal que por bien no venga”. Y es que el ruido que causó el incendio despertó un planteamiento que se había estado engavetado con relación al manejo de los desechos sólidos en nuestro país.
Fuera o no provocado por manos criminales el incendio, lo que pasó en el vertedero es responsabilidad de todos. El problema es –de manera indirecta- una consecuencia de nuestros malos hábitos de consumo, los cuales a la larga se han hecho insostenibles para el medioambiente.
Según se publica en el Atlas de la basura del 2014, Duquesa ocupa el tercer lugar entre los vertederos más grandes de Centro América y el Caribe. ¿Qué significa esto? Que como país, somos de los principales generadores de contaminación ambiental en la región y por supuesto, una gran fuente de contagio de enfermedades en nuestros habitantes.
La información está ahí, entonces, ¿Qué podemos hacer al respecto? Pues como ciudadanos, consumir con conciencia, aprender a reciclar y aportar económicamente cumpliendo con el pago de las facturas por el servicio y siguiendo las recomendaciones que ofrecen los expertos en la materia.
De otro lado, los representantes del Estado, deberían aprobar el proyecto de ley sobre manejo de residuos sólidos en la República Dominicana, dar seguimiento a las medidas propuestas por la presidencia en el decreto 21-20 con el que se creó la Comisión Presidencial para la Reestructuración del Vertedero a Cielo Abierto de Duquesa en la que colaboran ministerios, ayuntamientos, un distrito y una junta municipal, así como también garantizar el buen manejo de los recursos económicos recaudados para la causa.
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