Sobre la inseguridad que nos arropa

La gente circula en la calle con miedo. Incluso, con mucho miedo. Al punto que la Sociedad Dominicana de Psiquiatría habla de situación de pánico colectivo.

Su raíz se encontraría en los altos niveles de inseguridad, que mantendrían a la población en “un estado de hipervigilancia”.

Todos conocemos a alguien que ha sido atracado y a todos nos asalta el temor de ser asaltados al salid de la casa, al volver de la casa, al ir al supermercado, a buscar los niños a la escuela, en fin, en cualquier momento.

Dice el obispo Víctor Masalles que la violencia, al igual que el narcotráfico, se ha convertido una pandemia colectiva.

Hasta muchos de nuestros compatriotas residentes en el extranjero tiene miedo de venir a visitarnos por lo que creen que pudiera sucederles aquí.

Por más que nos diga que los niveles de inseguridad han disminuido, el hecho está ahí: el temor nos arropa, tenemos mucho miedo de ser asaltados o por nuestra inseguridad física.

¿En quién confiar? ¿En los cuerpos armados del orden público? ¿Debemos aprender defensa personal?

¿Encerrarnos en nuestros hogares pasadas las seis de la tarde? ¿Y qué pasa entonces frente a los ataques durante el día?
Es cierto que, si pudiera, mucha gente se iría a vivir en el extranjero.

Las razones de esta actitud son múltiples, una de las principales razones es el miedo a algo tan sencillo como andar por las calles.

¿Qué debemos exigirle al gobierno? ¿Está el gobierno en la capacidad de responder al reclamo colectivo? Si no lo está, ¿Qué hacemos?

Cuando en un país los ciudadanos comienzan a hacerse estas preguntas, ello significa que las cosas no andan bien…

Hablemos con nuestros vecinos, conversemos con nuestros familiares, preguntemos a nuestros compañeros de trabajo hacer de qué podemos hacer para enfrentar la situación. En fin, no nos quedemos callados.

Actuemos antes de que sea demasiado tarde.