Suiza y la República Dominicana tienen, aproximadamente, la misma superficie y el mismo número de habitantes. La superficie territorial suiza cubre 41,285 kilómetros cuadrados y su población estimada era de 8,238,000 habitantes para el año 2015, mientras el territorio dominicano abarca 48,442 kilómetros cuadrados y se calculaba su población para el mismo año en 9,990,000 personas.
Más allá de estas similitudes, los dos países presentan diferencias considerables. Suiza es uno de los países desarrollados de más alto nivel de vida en el planeta. Su promedio de ingreso por persona fue establecido en 84,815 dólares en el año 2013.
En el caso de la República Dominicana, a pesar del crecimiento sostenido de su economía durante los últimos 50 años, su ingreso se situó en 5,879 dólares por persona en el mismo año.
Estos datos vienen a colación porque este año se cumplen dos aniversarios importantes para los dos países. Se conmemoran 725 años de la fundación de la Confederación Helvética y 80 años del establecimiento de relaciones bilaterales entre esa nación y la República Dominicana. Fue en el año de 1936 que se abrió en Santo Domingo el Consulado Suizo, bajo la responsabilidad de Frederic Schad como cónsul honorario.
Para conmemorar estos dos aniversarios, la embajada suiza en el país, encabezada por la embajadora Line Marie León-Pernet, junto a la Cámara de Comercio y Turismo Dominico-Suiza, organizó toda una serie de actividades. La primera de éstas, en coordinación con el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), fue la realización de la exposición “Watt d’Or”, montada en torno al tema de iniciativas innovadoras en ahorro energético y bajo consumo.
Esta interesante exposición comprende 60 afiches que presentan los proyectos ganadores del prestigioso Premio “Watt d’Or”, que es convocado anualmente por la Oficina Federal de Energía de Suiza para galardonar iniciativas innovadoras y pioneras en energía, tecnologías, materiales, equipos, servicios, estrategias, construcción y conceptos especiales.
Esta exposición le permite al público dominicano conocer los importantes pasos que viene dando Suiza en el uso de las energías renovables. Y lo cierto es que este país europeo, pequeño como nosotros, debemos sacar buenas enseñanzas, a fin de aprovechar nuestros recursos naturales.
La producción de energía limpia nos permitirá romper la dependencia que tenemos de la importaciones de combustibles fósiles, carbón o derivados del petróleo, que además de ser altamente contaminantes, cuando se producen crisis, como la que aconteció a partir de 2002, cuando el precio del barril de petróleo se situó por encima de los 100 dólares el barril, el país tuvo que destinar más del 60% del ingreso producido por las exportaciones totales solamente para las importaciones de combustibles.
El hecho de ser Suiza un país sumamente montañoso y, al mismo tiempo, un país desarrollado, le ha permitido realizar investigaciones e innovaciones importantes en el área de las energías renovables y, principalmente, en las energías solar, eólica y de biogás, a partir de los desechos sanitarios. Según informaciones suministradas por el Consejo Federal de Suiza, para 2025 esta nación logrará duplicar su capacidad en materia de producción de de biogás.
La embajadora Line Marie León-Pernet planteó que la balanza comercial entre los dos países tiene un saldo ligeramente positivo a favor de la República Dominicana. Mientras nuestras importaciones de Suiza alcanzaron alrededor de 24 millones de dólares, República Dominicana exportó hacia Suiza unos 25 millones de dólares.
Todo indica que las relaciones económicas entre los dos países están llamadas a incrementarse. Van en este sentido los anuncios de inversiones suizas en el sector turístico en nuestro país.
Hay otros campos en los que las inversiones suizas podrían dar un impulso al proceso de desarrollo de la República Dominicana. Este es el caso del sector energético, tanto en las áreas de transportes y electricidad como en la disposición de los desechos sólidos urbanos.
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