El pasado jueves y viernes 5 y 6 de abril hospedamos en República Dominicana el Taller de Intercambio de Experiencias Regionales para la Reducción del Riesgo de Desastres, que contó con la asistencia de más de 120 participantes de toda la región del Caribe. Se trató de una oportunidad única de promover la cooperación en temas de Gestión de Riesgo de Desastres a nivel regional. Así lo resaltó Ronald Jackson, Director Ejecutivo de la Agencia para el Manejo de Emergencias del Caribe (CDEMA, por sus siglas en inglés) cuando en sus palabras de bienvenida proclamó ‘somos un solo Caribe’.
Juan Dolio.- Si bien el Caribe se caracteriza por su multitud de islas, de culturas y de idiomas, nos une, ahora más que nunca, una inexorable realidad: las consecuencias de cambio climático, sumadas a una situación de vulnerabilidad creciente, han significado un aumento en el número de desastres que impactan la región, así como el número de personas afectadas y pérdidas económicas crecientes.
El evento buscó reforzar el propósito común de que juntos somos más fuertes: establecer protocolos de intercambio de información y recursos en tiempos de emergencia nos permite responder de manera más oportuna y eficaz en momentos de desastres, crear mecanismos de compartición de herramientas y lecciones aprendidas ante desastres nos permite aplicar recetas mejor adaptadas a la región y fortalecer la resiliencia local, para evitar daños en el futuro.
Así, se fomentaron espacios de aprendizaje y colaboración que permitieron no sólo evidenciar los avances y los desafíos de los países de la región, si no también identificar acciones concretas de colaboración que permitan una mejor coordinación entre los Sistemas Nacionales de Gestión de Riesgo. El evento, por ejemplo, permitió identificar áreas de colaboración entre el Sistema Nacional Integrado de Información (SINI) de la Comisión Nacional de Emergencias dominicana (CNE) y el Sistema de Información de Riesgos del Caribe (CRIS, por sus siglas en inglés). Este es un paso importante no solo para el posicionamiento de los avances en temas de manejo de información de riesgos del país a nivel de la región, sino también para el fortalecimiento de las capacidades de compartición y coordinación de todos los países del Caribe.
El encuentro fue también un momento para resaltar la importancia de incluir a las comunidades locales y los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad, como lo son las mujeres, niños, niñas y adolescentes o personas con discapacidad, en los procesos de evaluación de riesgos y elaboración de planes de contingencia. Así lo destacó José Isagra, Jefe de Cooperación de la Delegación Europea, quien reconoció que sólo poniendo a las personas en el centro de la gestión de riesgos podemos garantizar responder a sus necesidades específicas y reducir sus vulnerabilidades.
Si bien quedó demostrado que nos queda mucho camino por delante para hacer frente al desafío que supone la variabilidad climática de la región, el evento reforzó el compromiso de los países de buscar soluciones innovadoras y coordinadas para estar más y mejor preparados en el futuro con el fin de enfrentar un futuro de incertidumbre y aumento de fenómenos como huracanes, sequía y terremotos.
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