Hace ya casi 4 años que no estoy contigo, que no te escucho en la casa, que no te siento en mi vida. Hace ya casi 4 años que te llevaste contigo la alegría de nuestras vidas. Hace ya casi 4 años que te fuiste del plano terrenal.
Tengo tantas cosas que contarte, tantas cosas que decirte, tengo el corazón lleno de emociones que expresarte, mami, tengo tanto deseo de mirarte.
La casa no es igual, nuestras vidas no son iguales, porque aparte de mi madre, también fuiste compañera de un hombre que clama por tu presencia todos los días; fuiste maestra de cientos de estudiantes que aún no creen tu partida, fuiste amiga de personas que ahora se sienten vacías.
Pero, a pesar de todo, me pongo a mirar y no todo es malo, porque hasta la capacidad de escribirte estas líneas tengo que agradecértelas a ti, soy todo lo que soy por ti, soy todo lo que tú me enseñaste a ser.
Te cuento mami, hoy soy una persona de bien, me gradué de la universidad con la esclavina del mismo color que la tuya, he seguido cocinando porque querías que siguiera mi pasión aunque aún no me sale tan bien como a ti.
Papi y yo estamos solos en casa, solo que ahora tenemos un gato nuevo, aunque sé que debes saber eso porque yo siento que estás ahí, siento tu presencia en cada día de mi vida, en cada paso que doy, y es que como dijese Manuel del Cabral en uno de sus hermosos poemas “Hay muertos que van subiendo mientras más su ataúd baja.”
Ya no estoy triste mami, tú me has hecho fuerte. No es que no te extrañe porque es lo que hago todos los días desde el fatídico 14 de junio del 2013, cuando tu cuerpo ya no pudo más con aquella enfermedad fatal que te consumió. Ya no estoy triste porque entendí que todos venimos con un propósito a este mundo, y tú, por ser tan excelente en todo lo que hacías, cumpliste el tuyo demasiado rápido.
No dejo de pensar en lo especial de este 2017, como en años anteriores, hubieras cumplido año el mismo día de las madres. Caramba, que fiestón debe haber en el cielo.
Bueno, ya no te contaré más, no quiero que estés triste, al contrario, lo que más extraño es tu sonrisa, es solo que tengo una necesidad de que nos pongamos al día.
Para despedirme te cuento que, todos te recordamos todos los días, todos pensamos en ti y todos los que vivimos a tu alrededor nos quedamos de ti con lo mejor, es que hasta me he interesado por la poesía, ¡que irónico no!
Espero que allá en el cielo me estés guardando un buen té de manzanilla para que nos sentemos a conversar como aquellos sábados, porque tengo demasiadas cosas que contarte.
Hay muchas cosas en la vida de las que no estoy segura, muchas en las que a veces me pierdo, pero si hay algo de lo que estoy segura es que mis 18 años a tu lado fueron los mejores que he vivido, y si mil veces volviera a nacer, mil veces le pediría a la vida que volvieras a ser mi madre.
¡Feliz cumpleaños número 53 madre mía!
Si (
No(
